La "delicia" de un emocionado Fornals y la conjura antes de la gran final
Con lágrimas en los ojos, el castellonense reconoce que todo niño que juega al fútbol sueña "con noches como ésta y aficiones como ésta"; el público del Villamarín alentó a los suyos tras el pitido final

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"Hoy es un día más de lo que han sido los últimos meses en este estadio. Es impresionante jugar aquí casi cada tres días este curso. Sabemos que en Polonia van a estar también con nosotros. Todos los que jugamos desde pequeños al fútbol soñamos con noches como ésta y con aficiones como ésta", apuntaba en la 'flash interview' con los compañeros de DAZN un emocionado Pablo Fornals, que, con lágrimas en los ojos, lamentaba no haber podido brindar a los suyos un triunfo para despedirse hasta 2027 del Benito Villamarín: "Era una buena prueba para la final del miércoles ante un equipo que, desde que llegó Carlos Corberán, ha hecho muy buen fútbol y una segunda vuelta muy buena. Queríamos dar una alegría a esta gente. Llevo aquí año y medio; venía de un ambiente parecido (en el West Ham), pero esta delicia no la había tenido en España". Por último, se sumaba a una petición popular: "Antony, con su humildad y su calidad, lo ha dado todo por nosotros; ¡cómo no le van a pedir que se quede!".

Seguidamente, toda la plantilla, el cuerpo técnico y los empleados del Real Betis se acercaron al Gol Sur, epicentro de una iniciativa que pedía a los más de 51.000 presentes que no se marcharan enseguida a casa, sino que prolongaran el adiós oficial al Coliseo de La Palmera, que volverá a llenarse el miércoles para ver el duelo ante el Chelsea en pantalla gigante y seguramente alguna vez más en el concierto previsto para el próximo 14 de junio, sin descartar alguna sorpresa de última hora, pues entre finales de julio y principios de agosto comenzará la demolición de la grada más antigua, la de Preferencia, que dará inicio a unas obras que durarán hasta 2027, periodo en el que los verdiblancos se mudarán al también remozado Estadio de La Cartuja, que vivirá el retorno del equipo heliopolitano a la Europa League. Del acoplamiento a un escenario desconocido dependerá el éxito de la experiencia.
Caras sonrientes, algunas lágrimas de emoción y, por qué no decirlo, de pena por abandonar la que ha sido la casa de los béticos durante casi un siglo, primero como Stadium de Heliópolis tras la Exposición Iberoamericana de 1929 y, poco después, el Benito Villamarín, con un 'impasse' como Manuel Ruiz de Lopera en homenaje al fallecido empresario de El Fontanal que fue su máximo accionista durante bastante tiempo. Sentimientos encontrados con la ilusión de despedir también a un equipo que el lunes parte hacia Polonia en busca de la gloria en la primera final continental de su vida.