Félix, abierto en canal: "Ha sido muy duro; mi sueño es volver a ser lo que era antes"
En su primera entrevista tras volver a sentirse futbolista, relata sus problemas de memoria y el sufrimiento, sobre todo de su familia y sus amigos, aunque también su renacer: "Ahora soy increíblemente feliz"

Justo un año después del peor momento de su corta vida, porque no hay que olvidar que este Lunes de Pascua cumplía 21, rompe su silencio Félix Garreta, ese descomunal central zurdo que tenía toda la pinta de ser esta 24/25 el refuerzo de lujo para Manuel Pellegrini, el cuarto elemento junto a Diego Llorente, Marc Bartra y Natan de Souza. Qué bien le habría venido al 'Ingeniero', que lo citó para un entrenamiento la semana pasada tras su reaparición con el Betis Deportivo en Yecla, el '12' del filial con la lesión del madrileño. Porque el chileno confiaba plenamente en el de Palau-solità i Plegamans, al que hizo debutar a finales de diciembre de 2022, además como titular, ante el Athletic Club en LaLiga (y luego le dio chance en Copa del Rey) cuando aún era juvenil. La cesión a la SD Amorebieta le estaba viniendo de perlas (cuatro goles y una asistencia en 33 partidos), pero un accidente doméstico que hizo temer por su vida lo truncó todo.

"La semana anterior a ese finde, que fue el 27 de abril, jugué un partido con el Amorebieta y me sacaron roja. Por lo tanto, el siguiente partido, el siguiente finde, no tenía que jugar, no podía. Y decidí irme a casa para celebrar mi cumpleaños con la familia y los amigos. Pero ese mismo día que viajé a mi casa, me desmayé bajando unas escaleras y me di un fuerte golpe en la cabeza. Y fue a raíz de eso que los médicos me dejaron en coma inducido. La verdad que fue una situación bastante fea. Una de las primeras palabras que dije fue a mis padres, cuando les pregunté que dónde estaba. Porque yo no era consciente de absolutamente nada. No sabía qué había pasado ni en qué día estábamos. Pero, después de estar esos 20 días en coma, conseguí despertarme. Cuando ya pasó alrededor de una semana, a partir del día 21, empecé a ser consciente de las cosas", explica en una entrevista a corazón abierto con los medios oficiales del Real Betis.
"Ahí fue cuando empecé a recuperarme. Yo, sinceramente, no sabía hasta qué grado llegaba lo que me había pasado. Porque, cuando me desperté, de las primeras cosas que hice fue mirar cuándo empezaba la pretemporada. Porque no era consciente de lo que me había pasado. Pero, al cabo de unos días, ya empecé a reconocer más que lo que me había pasado no era algo normal. Yo, durante esos meses en los que todavía no podía jugar a fútbol, había días de todo tipo, desde los que estaba muy contento a otros en que estaba muy enfadado conmigo mismo. Porque cosas que antes podía hacer fácilmente, del día a día, cosas básicas, me costaban mucho esfuerzo o, directamente, no las podía hacer. Acordarte, por ejemplo, de lo que habías comido. Pasaba media hora y quizás ya no me acordaba. Cosas básicas, sobre todo del tema de la memoria. Al cabo de diez minutos ya no me acordaba de nada", continúa Félix sobre su dura convalecencia.
Anécdotas ahora, aunque se llegó a plantear que podría tener que retirarse de forma prematura por su accidente: "Los que lo pasaron peor fueron mi familia y mis amigos cercanos, así como toda la gente que fue a verme. Porque yo en ese momento no estaba consciente, no sabía lo que me pasaba ni nada. Pero ellos lo veían, eran los primeros que sabían todo lo que me pasaba. Y la verdad es que lo han llevado bastante mal. Los doctores les dijeron que mi vida estaba en peligro, porque estaba en peligro. Pero que tenía dos posibilidades y que una de ellas era despertar o quedarme en estado vegetal. Dijeron que fue un milagro, pero que ya podía empezar a hacer vida normal. Y la verdad que, al cabo de pasar este tiempo, ya estaban mucho más tranquilos. Yo veo a mi familia, a mis amigos y a mi pareja igual que los veía antes, pero ellos a mí no me ven igual. Ellos me tienen más cariño, me tienen más aprecio, o por lo menos eso es lo que yo noto. Y la verdad que es algo que se agradece mucho".

A punto de perderlo todo, poner el contador a cero con 21 años no es ningún problema para el central zurdo: "Yo estoy muy contento, estoy increíblemente feliz ahora mismo. Con mi familia, sobre todo, no tengo otras palabras que no sea darle las gracias. No volver a jugar a fútbol era algo que a mí se me pasó por la cabeza en algún momento. Pensar que ya no podría más, que no podría volver a correr, que no podría volver a hacer cosas básicas. Y la verdad que fue muy feo. Y eso no solamente lo pensé yo, sino también lo tuvieron que pensar mis padres, mi familia, todos. De todo hay que sacar el lado positivo, y esto me ha enseñado a valorar las cosas mucho más. Ahora valoro cualquier cosa, aunque sea que me saluden por la calle. Todo esto lo valoro el triple. Estoy eternamente agradecido a los médicos, los fisios, del Betis y del Amorebieta, por cómo lo llevaron todo, cómo me ayudaron. También a la clínica Guttmann, donde estuve ingresado durante un tiempo para mejorar la memoria".
En todos estos meses, los béticos nunca se han olvidado del barcelonés: "A la afición del Betis no puedo decirle otra cosa que no sea 'muchas gracias'. Me han ayudado mucho indirectamente. Les estaré eternamente agradecido, la verdad. El hecho de volver con el Betis Deportivo, volver a incorporarme y jugar, incluso, algunos minutos... Han sido unos meses de solamente noticias buenas. Me han hecho muy feliz. Mi objetivo era volver a estar en la posición que estaba antes. Todavía sé que no lo estoy, pero estoy en camino. Y mi objetivo, por suerte, se ha mantenido siendo siempre el mismo, que es llegar a lo más alto y quedarme ahí. Pero he tenido que ir dando pasos pequeños, cosa que ha sido difícil. A mí me ha costado mucho. Y la verdad que ahora estoy más tranquilo, porque veo que por lo menos los resultados están llegando. Pero fue muy duro, la verdad. Mi sueño es volver a ser lo que era antes. Intentar disfrutar del fútbol y poder pisar alguna vez el Benito Villamarín y poder representar a las trece barras".