El homenaje de la UEFA a Joaquín, la llamada de Luis Enrique, una estatua...: "Un monumento no, que no estoy muerto"

Joaquín es desde ayer el goleador más longevo de la UEFA Europa League, ya era el asistente más veterano, también es el jugador con la carrera más longeva en toda la historia de Laliga, el segundo con más edad que la haya jugado... Como dijo a la finalización del Real Betis-Ludogorets, en el que un golazo suyo encarriló el triunfo: "Con esta edad, voy a marcar un récord cada vez que pase algo".

Y es real porque en lo que tiene el récord está muy cerca de conseguirlo. Y, a sus 41 años y 57 días, es una leyenda del fútbol español y mundial.

"Con 41 es muy complicado meter un gol, pero ya meterlo así... Ha sido un gol muy bonito, iba con toda la intención del mundo, pero el balón coge un ángulo espectacular y se cuela por donde el portero no llega. (...) He visto que no me salía nadie, le he pegado con la intención del mundo de colarlo en el segundo palo, donde me sale es un poco de suerte, pero el gol es un espectáculo", reiteraba una y otra vez narrando un tanto que ha dado la vuelta al mundo, pero que no celebró demasiado o, al menos, no fue muy efusivo.

"Es que muchas veces no sé cómo celebrar los goles", decía entre bromas, "pero el gol lo decía todo". "No merecía hacer mucho más, pero estaba igualmente feliz. Es de los goles bonitos de mi carrera y con 41 años tiene mucho más mérito", añadía.

Su gol, su actuación y su continua presencia merecieron, incluso, un homenaje de la UEFA, que recordó a su asistente más longevo en sus redes sociales y se recreó con el golazo ante el equipo búlgaro.

El 'crack' del Puerto de Santa María no paró anoche de hablar en todos lados. Incluso se le sugirió la llamada de Luis Enrique en la lista que va a ofrecer esta mañana, pero aunque otras veces ha entrado al trapo de broma, esta vez tiró de ironía. "¿Ir con la selección? Ya va a ser más complicado", indicaba.

la siguiente propuesta le llegó en El Larguero, donde le dijeron que ya se había ganado hacerle una estatua, a lo que él respondió entre risas: "Un monumento no, que no estoy muerto". al tiempo que, ya más en 'serio', narraba cómo fueron esas semanas en las que no podía ser inscrito: "Con lo de la inscripción estaba más nervioso que cagando sin pestillo. Pensaba que al final me quedo fuera". Un artista.