El Real Betis ha vivido este domingo una dulce resaca del encuentro ante el FC Barcelona, un complejo rival que los jugadores verdiblancos dejaron escapar con vida después de desesperar a Pellegrini con una nueva exhibición de mala puntería. El gol de Assane Diao en el cuarto minuto del tiempo añadido sirvió para rescatar un empate (2-2) que brinda un importante punto de sutura para coser la confianza perdida durante un nefasto mes de noviembre. Además, la alegría que se llevó el Benito Villamarín en la tarde de este sábado fue comparable a cualquier victoria de relumbrón. Casi siete meses después, Isco Alarcón volvía a vestirse de corto y se llevaba una atronadora ovación para recordarle que, si a él se le ha hecho largo todo este largo periodo de lesión, para el beticismo ha sido aún más difícil de llevar la espera. Hombre de pocas palabras fuera del rectángulo de juego, el malagueño ha usado sus redes sociales ante la necesidad que sentía de expresar algo que le nace de muy adentro y que quiere comunicar a la afición.
"Feliz de volver a jugar después de siete meses. Muchas gracias a todos por el cariño. Os quiero mucho, béticos (y tres corazones verdes)", ha sido el breve pero sincero mensaje de amor que Isco ha dirigido a la parroquia heliopolitana, donde ha encontrado el calor de un hogar, con apoyo incondicional de una familia. Ha sido duro para él. Venía de años de ostracismo en el Real Madrid, de una experiencia desagradable en el Sevilla FC y de nueve meses en el paro. Resurgió cual Ave Fénix, hasta el punto de coleccionar galardones simbólicos a MVP de LaLiga, de ser preconvocado por Luis de la Fuente para jugar una Eurocopa que se perdió por una lesión de la que, además, ha tenido que operarse dos veces doblando así el tiempo de baja.
Ha sido difícil y siente que habría sido casi imposible de soportar sin el enorme amor que recibe desde el mismo día que dio su primera patada a un balón con la camiseta de las trece barras. De hecho, aunque sólo lleva temporada y media -con una larga lesión en medio-, su reaparición fue como capitán del Betis. Marc Bartra corrió para cederle el brazalete y el Benito Villamarín se vino abajo cuando Isco se abrazó a Mateo Flores, entrando por fin al terreno de juego. Se rompió el peroné en un partido ante la UD Las Palmas el pasado 16 de mayo y ha tenido que esperar hasta el 7 de diciembre para volver a sentirse futbolista. "Enhorabuena por tu vuelta, amigo mío", le dice vía Instagram y con una foto del relevo en la capitanía el central catalán, otro que sabe muy bien lo que es sufrir por estar tantos meses parado.
Si hubo jolgorio en la grada, la satisfacción de Isco Alarcón fue aún más completa viendo la alegría desmedida que ha causado su regreso en el vestuario. "Para nosotros, Isco es oxígeno. Nos da técnica, recuperación, esas palabras de capitán... Para nosotros es algo muy pero que muy positivo que esté otra vez con nosotros", decía el Chimy Ávila tras el Betis-Barça. "Todos le echábamos muchísimo de menos. Tanto el equipo como la afición. Personalmente yo me alegro mucho de que esté de vuelta con nosotros, porque es una persona que, aun estando lejos de los terrenos de juego, siempre está cerca dándote apoyo. Desde aquí le felicito y le doy la enhorabuena. Le esperábamos con muchas ganas", declaró Assane Diao, que también pasó por zona mixta.
También tuvo palabras Manuel Pellegrini, que detalló en sala de prensa las primeras sensaciones de un jugador al que, obviamente, se le vio sin ritmo de competición después de tanto tiempo parado: "Vamos a ver esta semana cómo está. Ahora tenemos que ir a jugar la Conference, no está inscrito así que puede trabajar toda la semana con normalidad y vamos a ir viendo cómo va tolerando los esfuerzos. Yo veo a Isco con mucha confianza y seguro que muy pronto va a ir recuperando su nivel futbolístico y el número de minutos que pueda jugar le va a ayudar a conseguirlo".