Pese al buen ambiente general, los ultras también la lían en Copa
Medio centenar de seguidores radicales del Betis se desplazaron a tierras barcelonesas, impidiendo la Policía incidentes de mayor enjundia con sus homólogos locales

Alrededor de medio centenar de ultras del Real Betis, pertenecientes a United Family, Supporters y otras facciones habituales del Gol Sur del Benito Villamarín acompañaron al primer equipo a Barcelona y asistieron en directo al triunfo de los verdiblancos ante el Sant Andreu que brindó el pase, aunque sufrido, a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, un 1-3 que sirvió, además, para romper una racha de tres derrotas seguidas en partido oficial y cuatro sin ganar. La inmensa mayoría de los más de 600 hinchas presentes se comportaron correctamente e, incluso, se vivió una convivencia pacífica con sus homólogos locales, que tiñeron de rojo y amarillo la mayoría del Estadi Narcís Sala, que registró un lleno absoluto, con más de 6.500 espectadores. Incluso, los visitantes felicitaron por el esfuerzo y el juego a sus anfitriones cuando éstos estaban dando la vuelta al campo y pasaron por su sector tras una de las porterías.
Tampoco se registraron incidentes reseñables en los exteriores del campo, pues, si bien el mencionado grupo se hizo notar por las calles y bares tanto del barrio de San Andrés de Palomar como por otras poblaciones adyacentes. De hecho, la Policía y los Mossos D'Escuadra, que habían preparado un amplio dispositivo de seguridad de carácter preventivo pese a no haber sido tildado de partido de Alto Riesgo, impidieron un enfrentamiento con los ultras locales, que habían decidido en un momento dado llegar hasta donde estaban los heliopolitanos para provocar. Varios energúmenos catalanes fueron reducidos, interceptados e identificados sin que llegasen a consumar su conato de agresión. Como suele decirse, quien quita la ocasión, quita el peligro. Por fortuna, más allá de algunos gestos censurables y de insultos cruzados por las diferencias ideológicas.
Nada, por fortuna, pasó a mayores esta vez, aunque las autoridades civiles y deportivas instan a los clubes de LaLiga a vigilar y fiscalizar la venta de entradas y los accesos a los estadios, recordando a los afiliados que, en cierta forma, su imagen puede quedar menoscabada con peleas por esta razón. Por razones similares, con una invitación de por medio a varios miembros del Frente Atlético, se declaró 'persona non grata' a los aficionados béticos en general la temporada pasada en Anoeta, donde no olvidan el asesinato de un aficionado blanquiazul, Aitor Zabaleta, hace más de 25 años a las puertas del Vicente Calderón. Por fortuna, las dañadas relaciones entre las entidades ha quedado ya normalizada en la 24/25.