LA CRÓNICA

Real Betis 2-2 (2-4) FC Barcelona: La delgada línea entre el orgullo y la frustración

La fe verdiblanca, personificada en Luiz Henrique, y la calidad de Fekir forzaron una prórroga en la que Loren, ya sin los dos magos heliopolitanos sobre el campo, permitiría que Ter Stegen se vistiera de héroe en los penaltis; así se lo contamos minuto a minuto

Real Betis 2-2 (2-4) FC Barcelona: La delgada línea entre el orgullo y la frustración
Celebración efusiva del 2-2, conseguido por Loren de tacón en la prórroga. - RFEF
Óscar MurilloÓscar Murillo 12 min lectura

El Real Betis no luchará este domingo por un nuevo título, la Supercopa de España, que se decidirá en otro 'Clásico' descafeinado por el discreto nivel en Arabia Saudí del vigente campeón de LaLiga, el Real Madrid (que derrotó al Valencia en la víspera por penaltis), y su actual líder, el FC Barcelona, que sólo pudo con el campeón de la Copa del Rey de la misma manera. Levantó por dos veces un marcador adverso el cuadro heliopolitano, con Fekir forzando el tiempo extra y Loren, su inesperado relevo, dando vida después del afortunado gol de Lewandowski y el fenomenal zurdazo de Ansu Fati. Aunque la estrella fue Luiz Henrique, de nuevo descomunal como ante Athletic y Rayo Vallecano, asistiendo por partida doble y volviendo loca literalmente a la defensa catalana. No pudo repetirse la historia del 23-A, aunque entonces hubo pleno para levantar un entorchado y, en esta ocasión, sólo estaba en juego la final.

De inicio, ambos entrenadores apostaban por onces muy técnicos y ofensivos, sacrificando briega en busca de calidad para tener el balón, encomienda que solamente cumplieron los culés, netos dominadores del balón y el peligro. Apenas sumaban dos pases seguidos los de Manuel Pellegrini, persiguiendo sombras y achicando agua en las acometidas por fuera de Raphinha y, sobre todo, Dembélé, pero también cuando Araujo rompía líneas o De Jong combinaba por dentro con Lewandowski (que erró un remate franco al cuarto de hora, tras articular mal otro antes de tacón) o Gavi. Las sensaciones eran claramente desfavorables para el este jueves anfitrión, que llegaba tarde las más de las veces a los cruces y bastante hacía con cerrar filas.

Como el fútbol es impredecible, el panorama mejoraría ostensiblemente antes del ecuador de esta fase, hasta el punto de que pudo llegar perfectamente el 1-0 en una acción embarullada en la frontal, con Luiz Henrique peleando medio cojo por una acción previa y forzando una cesión que corrigió 'in extremis' Ter Stegen, mientras que, a renglón seguido, Fekir aprovechó la pésima dejada de Koundé al meta alemán para regatearlo, aunque Araujo la envió a córner antes de que el francés pudiese marcar a puerta vacía. Hubo una tímida petición de penalti que descartaron las repeticiones posteriores. Sin embargo, más que un volteo, lo que se produjo fue un equilibrio momentáneo, puesto que el siguiente aviso catalán terminó en el fondo de la red: Pedri se cuela a la espalda de los centrales y desvía un buen servicio de Raphinha que sorprendió a Bravo, pero los astros se alinearon para que un milimétrico fuera de juego previo del brasileño devolviese las tablas al marcador del King Fahd Stadium.

La mejor noticia, con todo, es que había partido, tras un decepcionante monólogo inaugural del Barça. De hecho, el intercambio de golpes se reproduciría ya hasta el descanso, con Ter Stegen desviando con apuros bajo palos un testarazo de Pezzella a la salida de un córner que había forzado y botado Canales. A once del primer 'impasse', Luiz Henrique sorprendía con un centro-chut ejecutado con su pierna mala que no pudieron apuntillar por un pelo ni Borja Iglesias ni Rodri, mientras que el saque de esquina que había propiciado Sergi Roberto lo tocó en semifallo un bético en el primer palo para que el balón se paseara por el área chica. Aún no estaban los heliopolitanos del todo cómodos atrás, sobre todo por la mala idea de Dembélé cada vez que encaraba a Ruibal. En ocasiones, el catalán recibía ayudas del '11' brasileño, pero el ex de Fluminense seguía renqueante y, cuando no le alcanzó, llegó el 0-1: el francés se marchó de su par y combinó con Lewandowski, que estrellaría su disparo inicial en Luiz Felipe, con la fortuna de que el rebote le cayó pintiparado para fusilar a Bravo.

Trató de rehacerse el cuadro de Pellegrini, que no se iría a vestuarios sin probar de nuevo los reflejos de Ter Stegen, notables para desviar el zurdazo de Rodri y de Matrícula de Honor para sacarse de encima el inmediatamente posterior de Luiz Henrique, éste a bocajarro. El problema no era llegar, pues el Betis se imponía en remates (5-1) y en disparos a puerta (3-1), botando más córners que su oponente (4-3), pero la tremenda pegada azulgrana, con avisos sobrados de los que no suelen salir en las estadísticas, se imponía al descanso. Ambos atacaron mejor que defendieron, por lo que si no corregían ese desfase a tiempo los verdiblancos, la remontada seguiría siendo utópica.

En la reanudación, la situación no mejoró sin Canales, sorprendente cambio al no intuirse una lesión del cántabro. De hecho, Lewandowski y Raphinha marrarían a puerta vacía tras un pase de la muerte de Jordi Alba, aunque el polaco estaba en posición ilegal. A partir de ahí, la necesidad obligó a los locales a aceptar las idas y vueltas, dejándose dominar para encomendarse luego al contragolpe. En un error no forzado, Luiz Henrique la rescató en campo rival para retar a Koundé en carrera, si bien no acertó a disparar ni centrar bien con su pierna menos buena. El riesgo, claro, estaba en las respuestas catalanas, con Dembélé disparando al lateral de la red justo antes de dejar el terreno de juego para respiro bético. Llegarían más variaciones y, con ellas, una calma chicha peligrosa.

Tiró el Barça de fútbol-control a la espera de una oportunidad aislada para la sentencia, que rozó Ferrán Torres a falta de un cuarto de hora, aunque tantas contemplaciones dieron vida a un cuadro heliopolitano que nunca renunció al empate. Llegaría en el minuto 77, cuando Nabil Fekir, descolgado, aprovechó una dejada alimentada con la fe de Luiz Henrique para sorprender por su palo a Ter Stegen. La alegría duraría poco a los locales, porque Lewandowski fusilaba enseguida a Bravo, aunque de nuevo el VAR rescató al Betis, pues el asistente del polaco, Ferrán, partió en fuera de juego. Tocaba tragar saliva y apretar de nuevo los dientes, una dinámica que estuvo a punto de dar frutos en el 83, después de otra gran acción personal del campeón del Mundo francés, que trató de intercambiarse los papeles del 1-1, forzando un despeje de Koundé que Miranda convirtió en zurdazo raso para el lucimiento de Ter Stegen.

El epílogo fue emocionante, con Carvalho mandándola a las nubes tras una jugada de salón y Bravo evitando el segundo de Ansu Fati. Como si fuera el minuto 10, Fekir quiso imitar el famoso gol de Messi a Pau López en el Villamarín, pero se le fue alto. En el 96, habría sido anulado de nuevo por fuera de juego, pero Pezzella restó incertidumbre al despejar en boca de gol de nuevo sobre el cuerpo del hispano-guineano cuando era más difícil errar que marcar. La prórroga se abría camino de manera inevitable, suponiendo un premio para quien no desistió nunca y un castigo para el que pecó de conformista.

Por desgracia, Nabil no pudo continuar y dejó el tiempo extra para Loren Morón, que tendría una gran oportunidad para reivindicarse. No sería el único problema para los de Pellegrini, que se pondrían de nuevo por debajo al firmar Ansu Fati una gran volea de zurda sin dejarla caer que sorprendería a Bravo. Otra vez a remar a contracorriente, cada vez con menos timoneles y fuerzas. Pero este Betis es irreductible, compite ante cualquiera y, sobre todo, confía en sí mismo. Con un héroe inesperado, el marbellí, que batía de soberbio taconazo entre las piernas de Araujo a un cariacontecido Ter Stegen, tras el enésimo balón mejorado por Luiz Henrique. Había margen todavía para soñar, con la gasolina justa, pero la moral intacta.

Los penaltis, con el dulce recuerdo del 23 de abril de 2022, se dibujaban ya en el horizonte como un final prometedor, aunque aún sufriría más el Betis con el balón en juego. Primero, Ansu Fati quiso rizar el rizo a bocajarro, pero su taconazo a pase de Ferrán Torres lo atajó Bravo, mientras que Guardado, con dos tarjetas por llegar tarde, dejaría a su equipo con diez a las puertas de una tanda fatídica que, esta vez sí, condenaría al anfitrión a volverse a casa. Juanmi y Carvalho se estrellaron contra Ter Stegen, mientras que los cuatro primeros azulgranas superaron a Bravo. Nada que objetar, más allá de la resignación de haberse ahogado en la orilla.

FICHA TÉCNICA.-

Real Betis: Bravo; Aitor Ruibal (Sabaly 78'), Pezzella, Luiz Felipe, Miranda; Guido Rodríguez (Guardado 86'), Canales (William Carvalho 46'); Luiz Henrique, Fekir (Loren 91'), Rodri (Juanmi 78'); y Borja Iglesias (Willian José 67').

FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto (Marcos Alonso 78'), Koundé, Araujo, Jordi Alba (Christensen 78'); De Jong (Busquets 63'), Gavi (Kessié 96'), Pedri; Raphinha (Ansu Fati 86'), Dembélé (Ferrán Torres 63') y Lewandowski.

Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño). Expulsó por doble amarilla a Guardado (118'). Amonestó también a los verdiblancos Fekir, Guido Rodríguez y Miranda, así como a los azulgranas Sergi Roberto y Raphinha.

Goles: 0-1 (40') Lewandowski; 1-1 (77') Fekir; 1-2 (93') Ansu Fati; 2-2 (101') Loren.

Penaltis: Willian José, gol (1-0); Lewandowski, gol (1-1); Loren, gol (2-1); Kessié, gol (2-2); Juanmi, para Ter Stegen (2-2); Ansu Fati, gol (2-3); William Carvalho, para Ter Stegen (2-3); Pedri, gol (2-4).

Incidencias: Segunda semifinal de la Supercopa de España, disputada en el King Fahd International Stadium de Riad (Arabia Saudí) con media entrada en las gradas. Una cincuentena larga de béticos presente, con 38 desplazados y un buen número de residentes.

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