El Real Betis no está especialmente contento con el VAR, aunque más por el criterio de los colegiados que lo manejan que por le propia herramienta, muy útil y generalmente justa a la larga cuando se realiza un análisis global de todas sus intervenciones. Lo más reciente es un penalti 'light', siendo generosos, de Romain Perraud a Mikel Oyarzabal que encauzó la derrota ante la Real Sociedad, con el agravio evidente en el recuerdo de uno idéntico ignorado ante el Getafe CF de Luis Milla a Pablo Fornals que, por suerte, no costó ningún punto. En la Copa del Rey se aplicaron hace ya varios años unos reajustes en busca de que los modestos tuvieran más oportunidades, empezando por dejar solamente las semifinales a doble vuelta, siento todas las rondas previas, como la final, a partido único. Por su parte, para evitar exilios obligados, no existe el videoarbitraje hasta los octavos de final, por lo que los clubes pequeños pueden jugar en su campo y gozar de esa pequeña ventaja.
Sin duda, habrían tenido trabajo en las salas VOR de Las Rozas con la visita verdiblanca al Sant Andreu, hasta el punto de que no es osado afirmar que seguramente la revisión de los monitores habría podido condicionar el resultado final. Por un lado, las dos acciones más peligrosas de los anfitriones en el segundo tiempo probablemente hubieran sido anuladas de acabar en goles, pues las repeticiones demostraban, por ejemplo, que Toni Paredes estaba más adelantado que la defensa cuando recibió el pase de Lucas Viña que le dejó solo delante de Fran Vieites, ganador en el mano a mano. También se atisba un posible fuera de juego de Marc Jurado en el inicio de la jugada que el meta pontevedrés saca casi de dentro (no hay tecnología de la línea de gol en España todavía). En el segundo centro desde la raya de fondo, no, pues el rechace le viene de Natan de Souza. También se reclama que la amarilla al 'Chimy' mereció la roja directa, aunque no parece para tanto.
Por parte verdiblanca, hubo mano dentro del área de Youssouf Sabaly, que cortó con el brazo un centro de Serrano, aunque Busquets Ferrer no lo apreció, al tiempo que el empujón de Guille Torres a Vitor Roque en el penalti es demasiado leve, si bien es cierto que el central catalán ni protesta, por lo que aquí podría aplicarse el clásico de 'quien calla, otorga'. El que sí está dentro ya cuando lanza el brasileño de Marc Bartra, es verdad que tras recibir un empujón de un contrario, pero el capitán bético se aprovecha de esos metros para remachar a puerta vacía el segundo de la tarde-noche, que posiblemente habría mandado a repetir el colegiado balear.