El motivo que impide al Celta destituir ya a Rafa Benítez

El club vigués no se plantea a día de hoy el despido del técnico a pesar de estar en puestos de descenso por lo que supondría para su economía romper el contrato

El motivo que impide al Celta destituir ya a Rafa Benítez
Rafa Benítez continúa en el Celta pese a los malos resultados. - UES
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 4 min lectura

En circunstancias normales, como mínimo, se encontraría en la cuerda floja, pero la realidad es que el puesto de Rafa Benítez al frente del Celta no peligraría en este momento a pesar de que el equipo se encuentra en posiciones de descenso y encadena cinco partidos sin ganar. De hecho, la última victoria fue la conseguida en casa del Almería el pasado 1 de septiembre. En mejores situaciones ya han perdido su puesto entrenadores como Mendilibar en el Sevilla, pero en Balaídos ni se lo plantean.

Evidentemente, esta postura tan controvertida del Celta esconde un motivo que, evidentemente, va más allá de lo deportivo, tal y como ha podido confirmar ESTADIO Deportivo a través de fuentes viguesas, que aseguran que en los despachos celestes no manejan opción que no sea mantener a Benítez en su puesto. El técnico insiste a la directiva presidida por Carlos Mouriño que se trata de un proyecto a largo plazo y que precisa tiempo para que cuaje.

Por ello, según ha sabido este diario, Rafa Benítez le ha pedido paciencia y tiempo a los rectores y les recuerda que no le dotaron en verano de una pieza fundamental, un centrocampista para fortalecer una medular que se rompe. El preparador tendría la palabra del club de que en enero se realizará esta incorporación y para entonces espera seguir al frente del equipo.

No obstante, el verdadero motivo que impide o complica la destitución de Rafa Benítez responde al factor económico, tanto en cuanto Carlos Mouriño, con el Centenario de la institución como fondo, realizó en verano la mayor apuesta de su mandato con Benítez, con un sueldo astronómico que ahora condiciona y limita el margen de maniobra. No en vano, firmó por tres temporadas a razón de cinco millones brutos anuales, lo que supone que, si ahora lo despiden, tendrían que abonarle un finiquito mayúsculo que dejaría muy tocadas las arcas del Celta. Por ello, la entidad está teniendo más paciencia de la que suele haber en estos casos con la esperanza de que el equipo remonte el vuelo para así evitar un potente desembolso.

Y es que en Balaídos confían, pese a todo, en que puede haber una mejoría, pues se considera que el equipo no ofrece mala imagen sobre el terreno de juego y que genera un buen caudal de fútbol, a la par que lamentan que los fallos en defensa les están penalizando. Además, se escudan también en las decisiones del VAR y en la sequía goleadora de Aspas, lo que podría estar provocado por la posición en la que le sitúa Benítez.

Sea como fuera, en Vigo apuntan que, salvo sorpresa, lo mantendrán, como mínimo, todo el mes de octubre a la espera de la deseada reacción.

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