Mendilibar ha sido uno de los entrenadores que más se ha reinventado en los últimos años. Mendilibar, un técnico que sobre el papel estaba destinado a coger equipos en apuros y salvarlos contra todo pronóstico. Mendilibar cambió su propia historia cuando llegó al Sevilla y en el Sánchez Pizjuán se erigió en un técnico ganador que llevó a Nervión una nueva Europa League.
Mendilibar fue despedido en la siguiente campaña del Sevilla y fichó por Olympiacos, conjunto con el que ganó la Conference League (su segundo título continental) el pasado curso. Pero Mendilibar no olvida sus orígenes y siempre tiene muy presente a esos otros equipos que le dieron otros éxitos, quizás menos vistosos, en el fútbol. Mendilibar, antes de ganar sus primeros títulos con Sevilla y Olympiacos, pasó por Valladolid, Osasuna, Levante, Deportivo Alavés y antes de llegar a Nervión, por el Eibar.
Mendilibar dejó una huella imborrable en el Eibar, conjunto al que llegó en la 2015/16 y en el que estuvo 6 campañas en las que en 5 de ellas (excepto en la última) consiguió el objetivo de los armeros, la permanencia. Mendilibar salió del Eibar en la 2020/21 tras terminar en la última posición de Primera y provocar el descenso del conjunto armero.
Pero en la campaña anterior, la interrumpida por la pandemia del Covid 19, Mendilibar consiguió darle un giro de 180 grados a la situación de los vascos que ante el parón de la competición en marzo, se encontraba a 2 puntos del descenso y sumando 27 puntos tras 24 jornadas.
Mendilibar fue usado por Amaia Gorostiza, presidenta del Eibar, como el último ejemplo de un entrenador que se mantuvo en el cargo hasta las últimas consecuencias y que no fue despedido del conjunto armero a pesar de la debacle en la temporada. La presidente del Eibar habló de lealtad a un Mendilibar que terminó la temporada 2020/21 y no continúo de mutuo acuerdo con los vascos. El Eibar sin embargo si despidió a Joseba Etxebarria hace algunas semanas, algo inédito en los últimos 15 años.
La presidenta del Eibar explicó el porqué de la decisión de no despedir a Mendilibar en su momento: "En aquel momento sentíamos verdadera lealtad hacia Mendilibar por todo lo que habíamos vivido juntos. Pasamos por una pandemia que fue terrible. Nos vimos todos encerrados en nuestras casas, sin competición y con el equipo en una situación muy delicada. Nunca pensamos que el equipo iba a retomar la competición con tanta fuerza, pero después de salir de aquel encierro espantoso se salvó la temporada. En la siguiente el brío disminuyó, las cosas se torcieron, pero entonces sentíamos que debíamos ser leales a él".