Florentino desahucia al Real Madrid Femenino
El club blanco se queda sin once jugadoras del filial y deja en el aire su proyecto en Liga F, mientras la falta de rentabilidad sigue marcando la política del Real Madrid femenino

El Real Madrid femenino vive días de inestabilidad. En pleno arranque del mercado de verano, la sección blanca ha optado por no renovar el contrato de once jugadoras del equipo filial, el Real Madrid B, una decisión que vuelve a poner de manifiesto las dudas internas sobre la viabilidad del proyecto. A diferencia de otros clubes como el FC Barcelona, que busca fórmulas para sostener su estructura, el Real Madrid femenino sigue enfrentándose a una falta de impulso desde su dirección, marcada por el escaso interés de Florentino Pérez y la falta de una estrategia sólida.
Desde su creación en 2020, tras absorber al CD Tacón, el Real Madrid femenino ha mostrado altibajos tanto deportivos como estructurales. A pesar de contar con una plantilla de alto nivel, sus logros han sido limitados si se comparan con el crecimiento meteórico del FC Barcelona en el fútbol femenino. La reciente decisión de relevar a Alberto Toril por Pau Quesada, técnico sin experiencia en el fútbol femenino, ha generado más incertidumbre que ilusión entre el entorno blanco. En este contexto, la salida masiva de futbolistas del filial parece más una señal de repliegue que de reestructuración.
Florentino Pérez y la rentabilidad del fútbol femenino
Fuentes del club reconocen que el Real Madrid femenino no ha alcanzado la rentabilidad esperada por Florentino Pérez, motivo por el cual el presidente mantiene una implicación mínima con el proyecto. A pesar de la inversión inicial, el club ha dejado de apostar con fuerza por el fútbol femenino. Hasta once jugadoras del filial abandonan Valdebebas este curso, reflejo de que no hay una planificación deportiva clara. En paralelo, la sección sigue bajo la gestión de Begoña Sanz, directora general del área comercial, quien tampoco ha logrado articular una narrativa de crecimiento en la Liga F.
La falta de retorno económico no es solo una preocupación del Real Madrid. La gestión de la Liga F, presidida por Beatriz Álvarez, ha sido duramente criticada desde varios frentes, incluidos clubes de primera línea. En el caso del Real Madrid femenino, la ausencia de público estable en Valdebebas y una débil explotación comercial han agravado la situación. Florentino Pérez, que en otras áreas del club actúa con firmeza y visión estratégica, parece seguir considerando al fútbol femenino como un apéndice con escaso valor estructural.

Mientras tanto, el FC Barcelona femenino, a pesar de su dominio en España y su reciente final de Champions, también enfrenta problemas económicos derivados de la falta de apoyo institucional y de los bajos ingresos televisivos. La posible salida de Mapi León y Salma Paralluelo forma parte de un contexto general donde incluso el “Súper Barça” debe vender para sostenerse.
El futuro del Real Madrid femenino, en manos del mercado
Con un nuevo técnico en el banquillo, sin experiencia en fútbol femenino y sin un cuerpo técnico definido, el Real Madrid femenino encara una temporada clave para su consolidación. Pau Quesada tendrá que gestionar no solo la presión de los resultados, sino también la desconexión entre plantilla, afición y dirección. La salida de tantas jugadoras del filial sin relevo aparente preocupa en Valdebebas, donde la palabra "proyecto" empieza a sonar hueca.
La sección femenina del Real Madrid se encuentra en una encrucijada. Si Florentino Pérez no cambia su política de mínimos, el fútbol femenino blanco podría quedarse anclado en la irrelevancia. Mientras tanto, el Barcelona sigue apostando —aunque con dificultades— por mantener su hegemonía en el fútbol femenino español y europeo. En ese escenario, el desinterés del Real Madrid femenino por el crecimiento del deporte femenino no solo deja escapar talento, sino también oportunidades de liderar un cambio necesario.

Pese a los intentos de aparentar normalidad, lo cierto es que el fútbol femenino, tanto en el Real Madrid como en la Liga F, sigue siendo una apuesta a medias. Y el tiempo se agota.