Rosa Márquez cuenta su verdad: "En enero me dicen que me busque equipo; desde ese día, no supe nada más del Betis"

La canterana verdiblanca, ahora jugadora del eterno rival, denuncia que el nuevo míster heliopolitano, Juan Rojo, pidió su renovación, "pero desde arriba no lo ven"

Rosa Márquez cuenta su verdad: "En enero me dicen que me busque equipo; desde ese día, no supe nada más del Betis"
La de Mairena del Aljarafe, con dos camisetas antagónicas. - SFC / IG

"En enero de 2025 hay días que se quedan un poquito más marcados, pues a una compañera, Esther Martín-Pozuelo, le sucede una cosa muy importante en su vida y a mí ese mismo día, que no se entrena porque fallece el padre en un accidente de tráfico. A mí se me coge de manera informal y se me dice que, bueno, que están contentos conmigo, pero que me vaya buscando salida, porque me dejan caer como que el club a lo mejor no podría llegar a las expectativas que yo quiero, que hay equipos muy interesados en mí". Así comienza a explicar su polémica salida del Betis Féminas la ahora sevillista Rosa Márquez en el podcast 'El Patio', donde por fin cuenta su versión sobre el espinoso cambio de orilla que se produjo este verano tras el descenso a Primera RFEF de los verdiblancos.

"Acabábamos de ganar al Atlético de Madrid y yo estaba contenta en un club del que, al menos, esperaba una oferta de renovación, que yo siempre creía que me había merecido por el rendimiento. Y, entonce, van pasando las semanas y no... Y ésa es la única información que yo tengo del Real Betis, de manera totalmente informal, insisto. Yo no he jugado ni con representantes ni nada. Pasan los partidos, pasan las jornadas y yo no tengo ningún tipo de información del Betis en ningún momento. De hecho, hay compañeras mías que sí son renovadas, por lo que con algunas ya habían hablado. Y yo no sabía nada. Solamente esa conversación informal en enero y ya está. Hay un cambio de entrenador y es verdad que este segundo entrenador (Juan Rojo), cuando ya se certifica el descenso, sí comenta que sí quiere mi renovación; este hombre en concreto sí quiere mi renovación, pero desde arriba no lo ven. Ya el equipo estando en Segunda", añade la mediapunta.

"Es eso de que 'no eres tú, soy yo', pero que me busque equipo, literalmente, que busque opciones. Y, desde ese día, yo no sé nada más. Cero. Es que no hay ni otra conversación informal con alguien, con un director deportivo, con un consejero... Nadie, nadie, nadie. Lo último que yo sabía es que me buscara equipo. Yo se lo comunico a Moi, a mi 'repre', que de hecho nadie se lo había dicho a él. Solamente sabíamos que iba a haber cumplimiento de contrato. Terminabas aquí y no ibas a tener nada más allá que eso. Ésa es la realidad que yo vivo hasta cuando bajamos a Segunda. Incluso propone el entrenador la renovación de X jugadoras para un futuro proyecto de volver a ascender. Y se le pone un poco de impedimento a que yo renueve", continúa Rosa Márquez, que se marchó defraudada: "Yo pensaba que en algún momento tendría que haber una llamada formal. Mínimo de 'oye, no contamos contigo'. Aunque fuera que no, que es que no importa. Esto es un trabajo".

Una actitud que ahora denuncia la aljarafeña que complicó mucho sus últimos meses en Heliópolis: "Se me hace largo. Osea, se me hace largo, complicado, duro, mucha tensión. Puede ser que en algunos momentos haya habido situaciones en las que yo a lo mejor no he sido muy correcta tampoco. Pero son muchos años, un sentimiento un poco de injusticia, de que, independientemente de lo que esté ocurriendo, yo creo que el rendimiento en el campo, que es a lo que íbamos, nunca me ha faltado. Y fueron muy complicados, sobre todo también porque un descenso, independientemente del equipo y de lo que tú quieres profesionalmente, nunca es agradable ni mucho menos". Sí percibía la ahora '20' blanquirroja cierto ambiente contrario: "Sí me lo decían indirectamente. Nunca me ha dicho alguien directamente 'oye, que tengo este problema contigo'. Y eso es lo que a mí me ha faltado. Que no pasa nada, si es que las personas nos equivocamos, yo tengo un carácter fuerte; a mí me duelen las cosas, pues siéntate conmigo y dime 'Rosa, esto'. Creo que después de 13 años se me conoce".

El resto de la historia es conocido: su fichaje por el Levante Badalona y un comunicado de la futbolista despidiéndose del club de toda su vida hasta ese momento. "Yo siempre había pensado que ese momento sería cuando yo me viera preparada. Entonces, claro, me coge un poco en fuera de juego; no tengo poder de elección. Y yo creo que a lo mejor voy a Badalona... En principio, con el club bien, todo bien, pero sí que es verdad que llega un momento en el que hay ciertos motivos, sobre todo a nivel personal... Soy una persona muy de mi casa, muy de Sevilla; ya no tengo que dormir al lado de mi madre, no es eso. Me gusta mi independencia y tal, pero sí me gusta dar pasos pequeños, porque he dado ciertos pasos que a lo mejor me han abrumado más de lo que yo quería en momentos pasados. He estado dos años lesionada, han sido momentos complicados, y yo quería estar en un sitio en el que me sintiera que mi camino personal seguía. Yo he dado mucha prioridad siempre al fútbol, y ha llegado un momento en el que el fútbol no lo es todo, y resulta que no sabes qué hacer", apunta Rosita.

Y llegó el momento de parar: "Sí me ha costado más ir creciendo y cumplir etapas, sí. Me he saltado etapas, también. Con 14 años tenía la misma vida que ahora. Entonces, llego allí y por momentos digo que no. Me bloqueo, me bloqueo. No es la primera vez que me pasa. Ni mucho menos algo que a mí me sorprenda, que le sorprenda a mi familia. Sí que es verdad que tanto mi psicoterapeuta, mi psicólogo, como yo veíamos que era el momento de dar el paso. Me veía preparada. Y yo me lo tomo como un fracaso. La que más defraudada conmigo misma está soy yo. Me puedes decir lo que tú quieras. El mismo día del reconocimiento médico con el Levante Badalona me veo en un sitio que es muy grande para mí. Que a lo mejor era consciente de ciertas condiciones que se iban a tener. Que no cumplían a lo mejor también con mis expectativas o que no se me habían contado. Que, como repito, yo quiero una estabilidad personal y entonces eso me limitaba mucho. Por ejemplo, en una tontería, pero mi perro no podía estar allí. Yo no conozco a nadie allí. Me estoy haciendo reconocimiento médico y, de hecho, pido a una enfermera en ese momento que por favor me ayude. Que estaba mareada, que no me encontraba bien. Me meten en una sala y ahí empiezo a llorar".

El trato en tierras catalanas: "La frase que más me repitieron fue 'es que en Sevilla se vive muy bien', y eso no ayuda"

"La verdad es que me encontré con profesionales de la salud... Siempre he dicho que, así, no me ayudan. 'Uy, es que en Sevilla se vive muy bien'. Fue la frase que más me repitieron. Yo decía 'tío, esto no ayuda, ¿sabes?'. Pero recuerdo un médico que me decía 'bueno, tómatelo tranquila, piensa'. Y el enfermero, súper bien. Pero ahí sí que es verdad que yo llamo a mi madre, que estaba allí conmigo, y le digo 'mamá, yo aquí no quiero estar'. Digo 'si es que no es mi sitio y no me ha pasado nada'. Pero no, no y no. Y de ahí no salía".

Su llegada al Sevilla: "Me matriculé en la Universidad y dije 'hostia, pues si no tengo fútbol, voy a a buscar trabajo'"

"Hablo con quien tengo que hablar. Moi, mi representante, en todo momento siempre digo que me salvó un poco la vida en ese sentido, porque me ayudó muchísimo con el Badalona para que dieran su 'OK'. Con unas ciertas condiciones, que al final con mis representantes se hablan y tal. Y yo en ese momento me venía a Sevilla sabiendo que supuestamente no iba a poder jugar en Primera. Yo me venía a Sevilla con esa condición no escrita. Yo podía llegar a entenderlo, pues has hecho una apuesta y no quieres que esa apuesta esté en otro equipo que pueda pelear contigo. Rescindo a cambio de eso. Yo cojo el coche de Badalona a Sevilla con esa idea. No había nada escrito ni nada firmado ni nada, pero ésa era la condición. Y yo le dije a Moi: 'Como si son tres años, que me voy para mi casa'. Yo es que soy tan intensita... Lo primero que hice fue matricularme otra vez en la Universidad de mis amigos y de mis colegas. Y dije 'hostia, pues si no tengo fútbol, voy a buscar trabajo'. Entonces veía y digo '¿en qué puedo trabajar yo?'.

Su fichaje por las nervionenses: "Me daba bastante miedo, la verdad"

"El Badalona me pide que haya confidencialidad a la hora de que no se cuente, pero el caso es que estas cosas pues salen. Y yo no sé cómo salió, que al final pues Amparo se entera y el Sevilla FC nos llama. Se había lesionado Jassina Blom. Y ahí llega Amparo y dice '¿qué probabilidades hay?'. Claro, entonces ya pues de ser una rescisión de contrato puede que sea un traspaso. Por eso no se comunica nada. Por eso todo parece tan ambiguo, tan extraño, porque ya no me rescinden contrato, ya es un acuerdo entre dos clubes. Entonces claro, ya es un traspaso. A mi Amparo como tal no me llama, llama a Moi y yo le dije 'Moi, yo qué sé, déjame pensar, no tengo ni idea. No lo sé, es que no lo sé'. Sí que es verdad que tengo que decir que aquí Moi actuó con una cabeza fría, objetiva, que tanto yo como mi familia por lo menos estábamos en un momento que la toma de decisiones se nos podía complicar un poco. Y ahí tengo que agradecer, porque Moi fue de las personas que más me empujó a tomar esta decisión; de hecho, viniendo para acá hablaba con él de cuánto se alegraba y lo bien que estaban de momento saliendo las cosas, porque no ha sido un verano fácil ni para él ni para mí. Y sí que es verdad que en ese momento Moi me dice 'piénsatelo; te dejo 4-5-6 días que no hablamos y yo voy manejando esto y ya veremos qué pasa'. Mi pareja, en ese sentido, también me ayudaba al decir 'a ti te gusta jugar al fútbol'. Sí que ahora a lo mejor no quieres hacerlo fuera, no se sabe si dentro de dos años me voy a México, yo qué sé, que es que a lo mejor dentro de dos años sí. 'No te pierdas por dejar de intentarlo; te has tirado 13 años en un sitio en el que te han visto entrar con 11 y salir con 24; es una vida en el mismo sitio dice, date una oportunidad'. Claro, pero yo sabía todo lo que se podía remover con eso. Entonces, a mí esa situación me daba bastante miedo, la verdad".

Críticas en su antigua casa

"Mi familia siempre me decía que iba a pasar esto, pero yo no sabía las dimensiones, que para mí fueron más grandes de lo esperado. No lo sé, porque también vivo en una ciudad que para muchas cosas pues nos gusta sentirlo de muy cerca. Me pareció un poco injusto, porque para un Betis-Eibar sólo venían a verme mis padres. Entonces, me parece un poco hipócrita cuanto menos. A mí me quitaron la capitanía hace 2-3 años; yo no era capitana del Betis, eso es mentira, y quien quiera que vaya a Twitter, que hoy en las redes sociales está todo. Es que eso no se contó, no, ni yo lo quería contar; de hecho, hay muchas cosas personales que, bueno, pues que son cosas que pasan, que me las quedo como aprendizaje y ya está. Hay mucha gente también que he perdido; ha habido gente que me ha sorprendido, porque yo no soy Rosa la que juega en el Betis, yo soy Rosa, juegue donde juegue, y ha habido gente que yo no he sabido de ellas desde que firmé por el Sevilla Fútbol Club, y eso cuanto menos me sorprende. Ahora mismo estoy un poco desenganchada; ahora mismo estoy muy contenta en el Sevilla, donde le tengo que dar las gracias a Amparo y, sobre todo, al club, por cómo me acogieron desde el primer día. Me protegieron muchísimo, y eso lo he valorado mucho (...) Me tiré 2-3 semanas entrenando y no había salido en redes sociales cualquier foto, lo típico de los vídeos, pues lo evitaban".