La afición del Girona da la espalda a una temporada sin rumbo
La caída en el rendimiento del equipo se ha trasladado a la grada, con una notable bajada en la asistencia y un ambiente cada vez más apagado

El estadio de Montilivi ha sido testigo directo del desencanto que ha acompañado al Girona FC durante la temporada 2024-25. Pese a que la ilusión inicial era máxima tras una campaña histórica en la que el equipo rozó la excelencia en LaLiga, la realidad ha sido otra muy distinta. El conjunto dirigido por Míchel no ha logrado mantener el nivel competitivo que deslumbró a propios y extraños en el curso anterior, y eso ha tenido un reflejo claro en las gradas.
En total, 221.000 espectadores han pasado por Montilivi a lo largo de la temporada. Aunque la cifra puede parecer notable, supone un descenso importante respecto al año anterior. La media de asistencia ha sido de 11.657 personas por partido, un millar menos que los 12.520 registrados en la 2023-24. El contraste es evidente y señala una pérdida de entusiasmo por parte de la afición ‘gironí’, que empezó el curso soñando con Europa y terminó desencantada.
La participación del Girona en competiciones europeas no cumplió las expectativas generadas. La falta de experiencia en escenarios de élite quedó patente y, en LaLiga, el rendimiento bajó notablemente respecto a la temporada anterior. Esa caída en el nivel futbolístico se tradujo en desilusión en la grada, y el ambiente en Montilivi se fue apagando poco a poco.
De hecho, la despedida de la temporada fue especialmente simbólica. Tras un contundente 0-4 frente al Atlético de Madrid en el último partido en casa, muchos aficionados abandonaron el estadio antes del acto final preparado por el club. Una muestra clara del estado anímico de una afición que llegó a soñar con metas altas, pero que acabó con una sensación de oportunidad perdida.
Partidos grandes, excepciones en un calendario gris
En cuanto a los datos de asistencia, solo en cuatro encuentros se superó la barrera de los 13.000 espectadores: ante Osasuna, Barcelona, Athletic Club y Real Madrid. El partido con más afluencia fue el disputado ante el Barça, con 13.891 asistentes. En cambio, el mínimo se registró en la visita del Mallorca, donde solo 7.721 personas acudieron a Montilivi, un dato que refleja con crudeza el desgaste en el entusiasmo local.
Montilivi ha sido el tercer estadio con peor media de asistencia en Primera División, solo superado negativamente por el Coliseum del Getafe y Butarque del Leganés. Un dato que no pasa desapercibido en una ciudad donde el fútbol ha sido, en los últimos años, un motivo de orgullo.
Esta temporada debe servir como aprendizaje. La conexión entre el equipo y la grada se ha debilitado, y el reto ahora es recuperarla. Girona ha demostrado que puede vibrar con su equipo, pero también que necesita motivos para volver a creer.