El Girona ya planifica el futuro
El Girona ha puesto punto y seguido a una campaña que ha dejado tanto aprendizajes como señales de alerta

Con la temporada finalizada y el inicio de la pretemporada programado para el 8 de julio, el club catalán comienza a mirar al futuro con una base sólida: hasta 26 futbolistas podrían estar disponibles para arrancar el nuevo curso, entre jugadores con contrato vigente, regresos de cesión y posibles ascensos desde el filial.
De la actual plantilla, únicamente seis jugadores no tienen asegurada su continuidad. Cuatro de ellos —Oriol Romeu, Danjuma, Arthur y Bryan Gil— regresarán a sus clubes de origen al finalizar sus respectivas cesiones. Los otros dos son Juan Carlos y Juanpe, cuyos contratos expiran el próximo 30 de junio. Mientras el central ya ha insinuado su salida, el guardameta aún podría valorar seguir en el equipo como tercer portero.
Contratos a largo plazo y rendimiento irregular
Uno de los principales focos de preocupación para la dirección deportiva son los jugadores con contratos largos que no han cumplido con las expectativas. Nombres como Miovski, Van de Beek, Misehouy o Abel Ruiz, pese a tener vínculos que se extienden hasta 2028 y 2029, respectivamente, no han rendido al nivel deseado. Esta situación genera dudas de cara a una temporada en la que se buscará mayor consistencia competitiva.
En paralelo, el club también tiene en el radar la situación contractual de figuras clave como Daley Blind, David López y Cristhian Stuani, que finalizan contrato en 2026. En el caso del uruguayo, su continuidad parece segura mientras él quiera seguir, dada su importancia en el vestuario y su compromiso con el proyecto.
Un bloque amplio para construir
A los 18 jugadores con contrato en vigor se suman los futbolistas que regresan tras cesión —Fuidias, Valery, Chayra, Kebé y Joel Roca—, así como varios canteranos que podrían dar el salto definitivo al primer equipo, como Minsu, Antal Yaakobishvili o Arango. Esta estructura permitiría a Míchel iniciar la pretemporada con una plantilla prácticamente cerrada, aunque se esperan movimientos en el mercado para ajustar desequilibrios y reforzar posiciones clave.
El cuerpo técnico y la plantilla disfrutarán ahora de un merecido descanso tras una temporada exigente en lo físico y mental. Desde dentro del club se reconoce que el proyecto llegó a estar cerca del colapso, y en las próximas semanas se abrirá un proceso de revisión interna para identificar errores y redefinir objetivos.
El Girona se enfrenta así al reto de reconstruir desde la continuidad. Un punto y seguido que busca transformar el desgaste en evolución y el susto en aprendizaje.