Óscar Murillo6 min lecturaArgentina, desde luego, es otro rollo. No ya porque sólo los mexicanos han podido rivalizar en apoyo presencial con sus aficionados en Qatar, sino porque la pasión con la que sienten el fútbol y su selección rompe todos los registros. Hay una marea albiceleste que sueña con despedir a Messi levantando su primer y único Mundial, que sería el tercero en las vitrinas de la AFA, por lo que la derrota inaugural ante Arabia Saudí (1-2) se vivió como un desastre nacional. En las redes sociales, especialmente la emergente y líder ya TikTok, se multiplican los vídeos y audios en los que la broma de moda es poner un examen, una fiesta escolar o cualquier exigencia laboral a la hora que juegan los de Scaloni, provocando la ira del receptor de la joda, como dicen allí. Nadie se plantea no ya no bancar (respaldar) al combinado nacional, sino simplemente ignorarlo. La única opción es ser hincha a muerte. Sí o sí.
Ahora, la Albiceleste ha avanzado hasta los cuartos de final, reproduciendo por ahora el ejemplo de España en Sudáfrica 2010, cuando, tras caer en el primer partido ante Suiza, ganó el resto hasta hacerse con el entorchado. Países Bajos y, posiblemente, luego Brasil se anteponen entre los argentinos y una nueva final de la Copa del Mundo, lo que está provocando que la ilusión crezca en su país. De entre los múltiples episodios protagonizados por sus partidarios, les enseñamos dos de los más curiosos, empezando por los vídeos difundidos por Jesica Quesada en su perfil oficial de la plataforma de origen chino en la que su hijo (presumiblemente), un niño de apenas dos años, demuestra una tremenda habilidad para reconocer a prácticamente todos los miembros de la 'Scaloneta'. Incluso, antes por el mote que por el nombre, como ocurre con Julián Álvarez, a quien, con media lengua, identifica repetidamente como 'La Araña'.
Se equivoca en Guido Rodríguez, a quien confunde con Leandro Paredes, aunque queda la duda de si solamente repetía el nombre de uno que le gusta, como hace varias veces mientras la mujer señala con su dedo a las estampas del album del Mundial. "Acuña Huevo", refiere sobre el aún sevillista, al tiempo que sufre un poco al nombrar a Pezzella y el Papu Gómez. Contra los 'haters', que siempre hay incluso en un tema tan blanco como éste, no se escucha a nadie de fondo 'soplándole' la solución, como tampoco es factible que simplemente lea el texto debajo de cada foto: de un lado, la adulta los tapa casi del todo con su dedo, mientras que, aunque hay niños prodigio que aprenden a leer con 17-18 meses, por lo normal no se adquiere esa habilidad hasta los 5-6 años. Igualmente, el pequeño, que se emociona y cambia el tono al descubrir a Messi, se atreve con otras selecciones, señalando al francés Mbappé, a varios de Brasil y al español Marcos Llorente.
La segunda historia es bastante más rocambolesca y encumbra a Emiliano Martínez como héroe nacional. El Dibu versiona la frase más repetida en los últimos días en Argentina, 'Anulo Mufa', una especie de 'Kiricocho' que no se dirige tanto a los rivales, sino a quienes hablar de la piel del oso (título) antes de cazarlo (ganarla). El guardameta del Aston Villa salvó en pleno alargue lo que podría haber sido el 2-2 de Australia, que habría forzado la prórroga en la eliminatoria de octavos de final. En cierto modo, el carismático cancerbero equilibró el karma que había alterado el combinado oceánico, aunque seguro que a muchos se les pasaría la jugarreta que hicieron sus futbolistas y técnicos en el último encuentro de la Fase de Grupos frente a Dinamarca.
De esta forma, como desvela el vídeo siguiente, justo tras el 1-0, a la postre definitivo, de Leckie, el seleccionador nórdico, Kasper Hjulmand, introduce un doble cambio. Uno de los que entra, Skov, pasa al capitán Eriksen un papel con instrucciones tácticas, pero al mediocentro se le cae y es encontrado por su rival Duke, que corre a la banda para pasarlo a su banquillo. En él, un miembro de su staff que había trabajado en tierras danesas y conocía el idioma se lo traduce al míster, Graham Arnold, que decidió introducir rápidamente un cambio defensivo, Wright por McGree, para muchos analistas decisivos a la hora de amarrar el encuentro. Casualidad o no, los australianos tiraron de picaresca, pero el destino se lo devolvería con un fallo en la última acción ante Argentina.
