Poco hay que convencer a un madridista de que la remontada frente al Arsenal va a producirse. La afición del Real Madrid se agarra a las noches épicas de la UEFA Champions League en las que consiguió pasar de ronda casi por magia, la mística del Bernabéu o el espíritu incondicional de Juanito. El conjunto blanco deberá remontar un 3-0 en contra ante el equipo de Mikel Arteta y pocos dudan ya de que vaya a producirse, con el respeto del equipo londinense.
Más del 70% de los votos emitidos a través de la Encuesta Helvetia de ESTADIO Deportivo, creen fielmente a que el ambiente del Bernabéu impulsará al equipo hacia la remontada, provocada por la magia que tienen los de Ancelotti e esta competición.
Y es que en los aledaños del Bernabéu en estas últimas horas al partido de vuelta de los cuartos de final se han producido ya diversos movimientos para hacer llamar a la suerte. El templo madridista tiene que estar impoluto, como el blanco de su camiseta, para confiar en la remontada. Por ello, desde el grupo de animación del Real Madrid han querido cuidar cada detalle del tifo que hay preparado para amedrentar desde el inicio a los futbolistas del Arsenal. La fe es lo último que podría perder un madridista en estos casos y a eso es a lo que se aferran. Hasta el padre de Rodrygo Goes rezaba frente al Bernabéu anoche para que la gracia divina oriente a los de Ancelotti hacia la remontada.
Aun así, no es que vaya a ser tarea fácil. En frente hay un equipo, que es el Arsenal, que fue merecedor de la victoria de la ida con una clara diferencia. Independientemente del cañón que tiene en la pierna Declan Rice (autor de dos goles de falta en el Emirates Stadium), Thibaut Courtois tuvo mucho trabajo e incluso algunos se atreven a decir que de no ser por el belga, el resultado hubiera sido más abultado de lo que llegó a ser tras el pitido final.
‘¡No hay tutía!’, como dirían algunos. El Real Madrid está llamado a la remontada y el propio Ancelotti se ha encargado de transmitir con tiempo el lema que quiere trasladar a sus jugadores: “Con cabeza, corazón y cojones”, como diría Carlos Alcaraz. Es la manera de motivar del italiano, aunque seguro que a sus jugadores poca falta les hará para esta cita histórica.