Oyarzabal responde a la destitución de Sergio Francisco

Bajan las aguas revueltas por Anoeta. La dura derrota ante el Rayo Vallecano de este pasado domingo ha dejado al cuadro donostiarra en puestos de descenso, igualado a 5 puntos con el colista Mallorca, y la preocupación crece tanto entre la afición como en el seno del club, que ven cómo el nuevo proyecto liderado por Sergio Francisco no arranca. Una sola victoria después de 8 jornadas de LaLiga es un pobre bagaje para un equipo diseñado para volver a pelear por Europa y comienzan a aparecer las primeras voces que apuntan a una posible destitución de sustituto de Imanol Alguacil.

Al respecto, un peso pesado del vestuario como Mikel Oyarzabal ha reconocido que la situación "es difícil para todos”, pero ha querido pedir tranquilidad en un momento “complicado”, que casi no se recuerda en Donostia tras años peleando en la zona noble de la clasificación. En este sentido, el internacional apuntó que “ha habido muchos cambios" en el club txuri urdin, desde la dirección deportiva hasta la plantilla, pasando por el banquillo, y destacó que todos están “intentando que las cosas salgan”. Pese a ello, comprende la inquietud de los aficionados, aunque insistió en pedir calma: “Entiendo a la gente, entiendo que esté descontenta, pero estamos poniendo todo de nuestra parte”.

Como suele suceder en estos casos, los focos apuntan a la figura del entrenador, el eslabón más débil cuando las cosas no marchan como se espera. Pero Oyarzabal rompió una lanza en favor de Sergio Francisco al afirmar que son los jugadores los que deben dar un paso al frente para sacar al equipo de esta situación. “Está claro que algo hay que cambiar porque no estamos actuando como debemos. El cambio tiene que ser nuestro, de los que estamos dentro. Los jugadores somos los que tenemos que hacer ese clic para buscar nuestra mejor versión e intentar que las cosas salgan adelante”, señaló en los micrófonos de Movistar+.

La polémica del Real Sociedad - Rayo Vallecano

Todo pudo cambiar en el arranque del choque, cuando saltó la polémica con el propio Oyarzabal como protagonista. A los cuatro minutos de juego, Anoeta pidió la roja directa para Lejeune por una clara falta sobre el capitán realista en el centro del campo. El central francés llegó tarde y pisó a su rival, que había controlado el balón y tenía la posibilidad de marcharse solo hacia Batalla, pues era el último jugador. Pero el colegiado José Luis Guzmán ni siguiera señaló la falta, y tampoco desde el VAR fue avisado para corregir su decisión inicial, que bien podría haber cambiado el encuentro.