El nombre de José Bordalás ha vuelto a resonar con fuerza a lo largo de este lunes, día en el que se ha vuelto a constatar la información que ESTADIO Deportivo pudo contrastar de fuentes de primera mano y que fue adelantada en exclusiva por el compañero de esta casa Óscar Murillo el pasado 30 de abril. Desde esa última semana del mes pasado, el actual técnico del Getafe CF sabe que es el elegido por la directiva del Sevilla FC y único candidato a día de hoy para sentarse en el banquillo del Ramón Sánchez-Pizjuán en la temporada 2025/2026. Todo ello a pesar de que, nuevamente, como ya ocurrió con la elección interina de Joaquín Caparrós, había una opinión desfavorable por parte de Víctor Orta, quien todo apunta a que podría estar viviendo sus últimos días como director deportivo blanquirrojo.
Aunque la semana pasada desde diversos sectores se lanzaban a descartar esta vía, a lo largo de las últimas horas varios medios locales han informado de una reunión prevista para la semana que viene que no hace más que confirmar la hoja de ruta consensuada hace tres semanas, cuando ni madrileños ni hispalenses tenían aún amarrada la permanencia en Primera división. Ya entonces, Bordalás mostró su total predisposición a afrontar el reto de 'resucitar' a un Sevilla FC que tendrá economía de guerra en la 25/26, pues en ese contexto ha demostrado saber moverse en sus dos etapas en el Coliseum (2016-2021 y 2022-2025), y se pusieron boca arriba las cartas con las que cada parte arrancará esta partida.
Con la salvación consumada, tanto en Getafe este pasado domingo como en Nervión en la jornada anterior, el míster levantino se sentará a negociar formalmente con el Sevilla FC. Hasta ahora, todos los contactos han sido indirectos y a través de personas designadas. Dentro de la predisposición mutua, hay dos grandes cuestiones a resolver. La primera, la duración del contrato. Bordalás pide empezar sintiendo confianza y desea firmar un contrato a medio-largo plazo. Es decir, al menos dos o tres campañas. Eso es algo que al club de Eduardo Dato le resulta arriesgado, pues aún está pagando finiquitos del último carrusel de entrenadores despedidos y jugadores rescindidos. De hecho, la otra vez que negociaron (en 2023), el alicantino ya pidió dos años y Monchi sólo estaba en disposición de garantizar los tres meses que quedaban (condiciones que aceptó Mendilibar).
El segundo requisito a solucionar es ese 'pacto de caballeros' alcanzado entre Bordalás y un Ángel Torres que le sigue cerrando la puerta de salida, al menos de cara a la galería, recordando que tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2026. En segunda etapa en tierras madrileñas, tras salvar del descenso al equipo azulón en el tramo final de la 22/23, acordaron una cláusula liberatoria en el caso de que apareciese "un grande", literalmente. Y para el de Alicante, el Sevilla FC evidentemente es un grande por historia, repercusión social y afición, aunque no pase por sus mejores momentos. Habrá que ver qué piensa el presidente del 'Geta', pues desde luego Del Nido Carrasco no está para pagar por su fichaje.
El sueldo, en principio, no será un problema para Bordalás, que sabe perfectamente la situación actual del Sevilla y que, de momento, no se moja. "¿El año que viene? vamos a disfrutar de esto, lo necesitábamos todos y ya hablaremos de mi futuro", decía la pasada madrugada en 'Radio Estadio', programa de Onda Cero, poco después de conseguir la salvación con el Getafe. "Ha sido una victoria en un campo complicado contra un rival (Mallorca) que está haciendo una temporada magnífica. La temporada nuestra ha sido durísima y sabíamos desde el principio que sería así por la planificación ajustada. Es una de las temporadas más difíciles de mi carrera por la cantidad de dificultades que hemos tenido", añadió con visibles mensajes entre líneas.