Jesús Navas regresa con otra camiseta y un MVP: "Disfrutando..."

Hace casi cinco meses que colgó las botas definitivamente por culpa de una lesión crónica en la cadera derecha que le impedía hasta caminar muchos días y con la que ha estado lidiando mucho tiempo. Regaló un semestre al equipo de su vida, el Sevilla FC, con salario de canterano. Lo que es. El producto más exitoso de la Carretera de Utrera, con 16 títulos a la espalda, no pudo rebasar la cuarentena, especulándose desde entonces qué cargo ocupará en Nervión. Todavía no le han encontrado sitio, pese a que la oferta de Del Nido Carrasco cuando renovó era un contrato vitalicio para seguir ligado a la entidad blanquirroja. Se le ha visto en repetidas ocasiones en el Ramón Sánchez-Pizjuán, la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios y en algún que otro desplazamiento, como el cercano al Benito Villamarín, alentando a los suyos en los peores momentos. Pero poco más.

"Disfrutando de la final de la Europa League en Bilbao. Esta competición que tantas alegrías nos ha dado a los sevillistas", tuiteaba Jesús Navas este miércoles, tras participar en el partido de leyendas organizado por la UEFA en Lezama con ocasión de la disputa en la capital vizcaína de la final del segundo torneo continental entre Manchester United y Tottenham Hotspur. Pero no sólo participó el palaciego, sino que, puestos a regresar a los terrenos de juego con otra camiseta, se llevó el reconocimiento al MVP de una cita que le reunió con su otrora compañero Fernando Llorente y otros históricos rivales como el portugués Nani o el búlgaro Berbatov. Enfrente, una selección de Euskadi con Beñat, Balenziaga, Iraizoz, Carlos Martínez, Xabi Prieto, Susaeta o Toquero, grandes nombres, sobre todo, de Athletic Club y Real Sociedad que disputaron la citada competición.

Jesús Navas, mientras tanto, sigue en conversaciones con los dirigentes del Sevilla FC, que le concedieron recientemente la insignia de Oro y Brillantes de la institución, a la espera de recoger los últimos galardones que homenajean y reconocen su asombrosa carrera, así como sus valores deportivos y humanos. El objetivo de ambas partes es encontrar la función en la que más cómodo se encuentre el otrora carrilero derecho, que no se ha decantado por una formación relativa a los banquillos o la dirección deportiva, pero que sí pretende estar cerca del césped, por mucha morriña que le produzca, así como ayudar en todo lo que pueda a que los blanquirrojos recuperen la grandeza deportiva de no hace tanto.