Álvaro Palomo8 min lectura
Celta
Finalizado1 - 1Sevilla
El Sevilla logra amarrar un punto en Balaídos en un partido que terminó con una tremenda polémica y en el que los nervionenses mostraron de nuevo enormes carencias en todos los sentidos, tanto sin balón, con un agujero en la medular, como con él, con una propuesta muy previsible en la que solo se saltaban el guion Ocampos y Jesús Navas.
Ya con uno más, los nervionenses dieron un paso al frente, más por intención que por ideas frescas, y los cambios resultaron decisivos para el empate, sobre todo, el de En Nesyri, que remató en más ocasiones que Mariano, titular en Vigo, y que mandó el balón a la red en la segunda que tuvo.
El problema residió, más allá de un planteamiento fallido por parte de Diego Alonso, fue el bajísmo rendimiento de futbolistas que ofrecieron una imagen preocupante, sobre todo en la medular y que no invita a ser optimistas de cara al derbi. Hubo quién se escondió y otros que demostrron que, quizás, le falte nivel para militar en Nervión.
NYLAND: 5
El internacional noruego no transmitió seguridad, especialmente en los centros áereos, donde se le escaparon varios balones en situaciones muy comprometidas. A su favor, una mano a un centro-chut de Mingueza y una doble parada en la segunda parte, lo que no quita que la portería del Sevilla haya experimentado una involución considerable.
JESÚS NAVAS: 6
Taponó con solvencia en pleno desconcierto sevillista y el mayor peligro del Sevilla llegó con sus incansables subidas. Además, realizó coberturas en el eje, salvando un gol de Aspas con una intervención sublime. Sin embargo, fue protagonista en la acción polémica del partido con Douvikas que le pudo costar cara a los nervionenses.
BADÉ: 6
El más entonado en una defensa que pagó caro las desaplicaciones en el centro del campo, pues los atacantes olívicos los encaraban con mucha ventaja. Aun así, el francés acudió con velocidad al corte, supo anticiparse y salió de posición con acierto. En una tesitura complicada, el joven central demostró madurez y concentración,
GUDELJ: 4
La lesión de Sergio Ramos le devuelve al eje de la defensa y en Balaídos le costó demasiado asentarse y encontrar su sitio. Verdad que se fajó y que firmó alguna que otra intervención destacable, pero también que perdió de vista a Starfelt en el 1-0 y que cometió errores de posicionamiento y en la marca.
ACUÑA: 4
Se echó en falta la versión más participativa de Acuña. Es cierto que se incorporó al ataque y que desdobló al extremo cuando las circuntancias se lo permitieron, pero también que no tuvo el colmillo de otros partidos en los que resultó fundamental. El Celta supó tapar sus llegadas. En defensa sufrió a su espalda y podría haber hecho más en el gol de Starfelt. Se quedó en el vestuario tras el descanso.
SOUMARÉ: 3
Dejó atrás las buenas sensaciones exhibidas desde la llegada de Diego Alonso y estuvo completamente superado en el centro del campo, quizás por la falta de ayuda. En su zona se generó un enorme agujero por el que penetró el Celta y que lastró al Sevilla. Además, cometió un fallo grave por exceso de confianza que dejó solo a Larsen, que falló en el mano a mano contra Nyland.
SOW: 3
Demasiado escondido en las dos facetas. Sin balón no ayudó lo suficiente a Soumaré y apenas si cubrió campo, y con el esférico ofreció escasas líneas de pase para superar el bloque medio-bajo del Celta. Debe exponer mucho más, porque dispone de recursos y el Sevilla le necesita. Sustituido al descanso.
RAKITIC: 5
Más voluntarioso que Sow, el croata trabajó a destajo en una situación tremendamente complicada, cuando estaban superados en el centro del campo y no se carecía de ideas con el esférico. Rakitic emergió en ese momento y trató de dirigir al equipo, no siempre con éxito pero con sacrificio. Creció con uno más.
OCAMPOS: 7
El más activo de largo en los nervionenses. Lo intentó prácticamente tanto por la derecha como por la izquierda y protagonizó la mayoría de las acciones de peligro del Sevilla. No siempre eligió bien, como de costumbre, pero se echó al equipo a la espalda con sus arrancandas tanto en diagonal como en busca de la línea de fondo.
ÓLIVER TORRES: 4
Diego Alonso apostó por él en el costado zurdo para generar por dentro con la esperanza de que aportara clarividencia con su talento, pero lo cierto es que el extremeño no se halló cómodo y no encontró líneas de pase para profundizar. También se desempeñó por la diestra y por el centro con el mismo resultado.
MARIANO: 3
No aprovechó la oportunidad en Balaídos que le brindó Diego Alonso. En primer lugar, tardó demasiado en dar señales de vida en ataque, también lastrado por su ausencia de continuidad. Y en segundo le pudieron las ansias en las escasas ocasiones en las que dispuso de una mínima opción de remate.
LUKEBAKIO: 4
Entró tras el descaso para aportar electricidad y velocidad al ataque nervionense, pero se perdió por el centro y cometió errores en el pase imperdonables. Ha perdido la chispa que había ilusionado al sevillismo.
ADRIÁ PEDROSA: 6
Ingresó en el arranque de la segunda parte y ofreció algo más de profundidad que Acuña con sus subidas, lo que permitió al Sevilla percutir por las dos bandas merced a sus centros y atrevimiento. Le puede competir la titularidad al argentino.
EN-NESYRI: 8
El Sevilla ganó presencia en ataque con su entrada, hasta el punto de que mandó un remate al larguero a los pocos minutos de ingresar en el campo y después empató el partido al cazar un balón suelto. Sigue siendo de largo el delantero más agitador y productivo de la plantilla.
SUSO: 6
Siempre sacude al equipo de una forma u otra. Obligó al Celta a vigilarle de cerca para evitar sus diagonales y abrió pasillos a su espalda para percutir. Sin brillar, asumió galones con el balón y habilitó vías que hasta el momento no habían existido en la ofensiva sevillista.
DIEGO ALONSO: 4
El planteamiento del charrúa fracasó de plano en Balaídos, con el equipo completamente roto en el centro del campo y sin ideas en ataque, al sacrificar la potencia en los costados que caracteriza a su estilo de juego con la entrada de Óliver Torres. Los cambios, lógicos, sobre todo el de En-Nesyri, mejoraron a un equipo que jugaba en superioridad numérica, pero habría tenido sentido apostar EN la recta final por dos delanteros a tenor de que se multiplicaron los centros colgados.