“Si Monchi hablara…”. Esa es la respuesta con la que habitualmente uno se encuentra siempre que acude a esos satélites que giran en torno al Sánchez-Pizjuán y que conocen a las mil maravillas todo lo que se cuece en el palco, aunque públicamente nadie se atreva a hablar abiertamente de ello.
Cosas, imagino yo, por las que el de San Fernando se ha visto obligado a lo largo de todos estos meses atrás a salir a la palestra a modo de paraguas para intentar tapar los errores cometidos. Los suyos, y los ajenos. Pues Monchi, lógicamente, también es culpable de la situación actual del Sevilla FC, al menos en la parcela y en el porcentaje que le corresponde. Teniendo en cuenta, vaya por delante, que el Consejo de Administración, y su presidente, en última instancia, son los máximos responsables de todo. Si lo eran de los éxitos cosechados en un pasado, también deben serlo ahora de los fiascos del presente. Y no son pocos, tanto en lo deportivo como en lo económico. Y al último mercado me remito.
Que la planificación deportiva no ha sido la más acertada es algo que no se le escapa a ningún sevillista. Y por ello, el director deportivo nervionense tiene que asumir con su responsabilidad. Por lo hecho, o por lo dejado de hacer. Y es que, quizá, sólo quizá, ahí está el quid de la cuestión. Y es que yo me resisto a pensar que a Monchi se le haya olvidado fichar de un año para otro. Que si ha vendido por cien millones y ha fichado por menos de 30 se debe, fundamentalmente, a algo que se escapa a sus decisiones. Al menos, así lo veo yo. Y es que a nadie se pega un tiro en el pie por gusto, pero esos 70 ó 80 millones de euros de diferencia y que no se han podido invertir en fichajes se deberán a algo. Y ahora llega el momento de analizar las excusas.
La pandemia, la ambición del club por mantener una plantilla que luchara LaLiga durante los dos últimos años… Varios y diferentes son los argumentos esgrimidos desde el club para defender el delicado momento que vive el club hoy día. Asumirlo, al menos, es el primer paso. Y es que meses atrás, incluso, había quien lo discutía. ‘El Sevilla FC está arruinado’, vino a decir Del Nido hace no tanto y había quien hasta se reía de ello… Ahora llega el mercado de enero y no hay posibilidad de hacer un esfuerzo en reforzar la plantilla si antes no se producen salidas. Por número, pues sólo hay una ficha libre, y por coste, pues las cuentas son las que son.
“Si Monchi hablara…”, repiten. Y Monchi, precisamente, lo que está haciendo es dejar de hablar. El De San Fernando se ha dado cuenta que ser el paraguas de otros no es su misión y las diferencias son evidentes. Ya no vale con cantar el himno y la cosa se ha puesto tensa de verdad. Algún que otro energúmeno ya le ha aporreado el coche y le ha deleitado con alguna que otra lindeza, mientras que el equipo, con Sampaoli, tampoco acaba de mostrar una imagen muy diferente a la que venía evidenciando con un Julen Lopetegui al que el de San Fernando no optaba por destituir todavía y en el que seguía confiando. Había que cobrarse alguna cabeza, pensaban otros.
“Si Monchi hablara…”, reiteran unos y otros. Y yo no sé si Monchi hablará o si, realmente, se cansará a final de temporada y pedirá la cuenta. Pero sí tengo claro que al director deportivo no se le ha podido olvidar fichar de un año para otro y que quizá, sólo quizá, lo que hace falta es que hable de verdad y, así, el sevillismo pueda acabar de entender la situación actual.