Una llamada inesperada, un viaje relámpago y su fichaje por el Sevilla
El segundo técnico de Mendilibar, Fran Rico, narra cómo fue su inesperada llegada, cómo vivió la final de Budapest y explica la oferta del Sevilla justo antes de la final de la UEL

El final de temporada del Sevilla FC ha dejado muchos ganadores. Mendilibar, el primero y pieza fundamental que cambió la dirección del equipo; pero también el renacido Lucas Ocampos, un goleador imparable desde el Mundial como En-Nesyri; Lamela y Suso, claves en el pase a la final y en la consecución de la Europa League; el momento de forma de Jesús Navas...
Pero también había otros que, en la segunda fila, aportaron mucho a este triunfo. Uno de ellos fue el que llegó junto a Mendilibar, Fran Rico. El ex jugador, entre otros, del Granada fue una de las sorpresas que se trajo el técnico de Zaldivar. Lo curioso es que sorprendió hasta al propio Rico, que no esperaba dar el salto a los banquillos cuando, desde que dejó el fútbol hace cuatro años, sólo había trabajado en los despachos.
En una entrevista con La Voz de Galicia, el exjugador de Portonovo, narra cómo fue su fichaje, cómo ha vivido estos últimos meses en Sevilla y defiende la versión del club en la renovación de Mendilibar.
Fran Rico llegó apenas dos meses después de haber sido despedido de la secretaría técnica del Sporting de Gijón tras la entrada de los nuevos dueños. Y allí llegó después de trabajar en el Eibar. "Llevaba años como ojeador. El Eibar me había dado muchísimo. Era un momento complicado para irse. Nos estábamos jugando el ascenso a Primera. Pero era una oportunidad muy buena. Quería crecer y me ofrecían en Gijón el puesto que buscaba. La decisión la tomé con todas las consecuencias y no me arrepiento. Fue una pena que no pudiera completar ni el mercado de verano. La vida tiene estas cosas", indica el gallego, a quien le vino muy bien ese despido.
Una llamada que fue "la leche" y que lo cambió todo
"Si no me hubieran echado, nunca me habría llamado el Sevilla y no hubiese vivido esto. Cuando me cesaron, volví a Portonovo con la idea de seguir preparándome. Iba a ver la liga portuguesa y partidos de Segunda. Había pasado bastante tiempo y no me había llegado nada. Ese día mi agente cambió todo. Fue la leche aquella llamada. Nunca me la hubiese esperado y menos cuando no estaba enfocado en eso", admite Fran Rico, quien explica cómo fue aquella propuesta para ayudar a Mendilibar en Sevilla.

"Mi representante es también el de Mendilibar. Estaban en Sevilla, negociando para firmar. Me preguntó que cómo veía la opción de irme para allá, si había algo que me lo impidiera. Conocía a Mendi de mi etapa en el Eibar. Había sido jugador suyo dos años. Me llamaron a las cuatro de la tarde. A las ocho estaba cogiendo un tren desde Santiago a Madrid y luego un avión a Sevilla. Fue lo más pronto que pude llegar. No pregunté nada, no sabía ni las condiciones. Hice dos maletas y me fui", narra el exjugador, quien se plantó ante Mendilibar y le preguntó qué quería de él. "Nada más llegar a Sevilla me senté con él. Fue lo primero que hice. Le pregunté qué quería de mí. Le pedí que fuese claro conmigo para intentar estar a la altura. Me dijo que como jugador veía muy bien el fútbol, que a ver si como entrenador me pasaba lo mismo. Nuestra relación personal influyó. Hablamos del balón parado, de lo que quería que aportara en el día a día. Es un entrenador que asume mucho. Siempre está por el medio de cualquier ejercicio. No es de los que se queda mirando desde la barrera. Le ha dado una lección a todo el mundo desde la normalida", añade.
Ser técnico, mejor que director deportivo y más agradecido
Después de tres meses en el cargo, ha quedado encantado y tiene claro que lo prefiere a lo que vivía en los despachos. "La labor es mucho más cruel -en la dirección deportiva-. No disfrutas ni las victorias. Cuando ganas, hay jugadores que no han participado y te toca aguantar a sus representantes. Estás pendiente del filial, del femenino... Tienes mil cosas en la cabeza todo el tiempo. Está el césped mal y también te llaman a ti. El teléfono suena las 24 horas. Es alucinante. Curras los siete días, apenas tienes vacaciones, y se valora muy poco. Los premios al final, si llegan, se los llevan otros", asume.
Y si compara eso con lo que vivió en Budapest... no hay color. "Para mí en el banquillo era todo nuevo. Recuerdo los nervios antes de empezar y durante la tanda de penaltis. Es indescriptible. Remontamos, así que durante el partido me fueron pasando por la cabeza muchas situaciones. Llegar a una final es algo muy grande, pero si no la ganas, con lo complicado que es, se queda todo en una cuarta parte de lo conseguido. Es así", señala.

Fran Rico también se moja en una situación que dio que hablar, la oferta de renovación a Mendilibar. El exjugador gallego reconoce que llegó justo antes de la final, pero cree que haberla ganado no influyó en la decisión del club: "Antes de jugar la final se pusieron en contacto con Mendilibar para transmitirle que querían que continuásemos un año más. Quiero entender que, si no la hubiésemos ganado, hubiesen optado por lo mismo porque valoraban nuestro trabajo. Ahora está firmado".