Se frena su regreso a la Fórmula 1
La Fórmula 1 descarta adelantar el cambio a V8 hasta 2031 ante la falta de apoyo de los fabricantes y los elevados costes, dejando en suspenso una decisión que prometía revolucionar la categoría

La esperada reunión que iba a celebrarse en Londres la próxima semana para debatir la posibilidad de introducir motores V8 en la Fórmula 1 a partir de 2029 ha sido oficialmente cancelada. Mohamed Ben Sulayem, presidente de la FIA, tomó la decisión después de constatar que no existía consenso entre los fabricantes de unidades de potencia.
La propuesta inicial contemplaba un motor V8 de 2,4 litros, con un sistema híbrido más pequeño y la incorporación de combustible sostenible, con el objetivo de simplificar los propulsores y reducir costes. Ben Sulayem había mostrado su deseo de adelantar la llegada de los V8 para que la categoría fuera más accesible y competitiva, pero la falta de respaldo ha dejado en el aire cualquier aceleración de la transición.

Aunque los fabricantes no rechazan la idea de los V8 a largo plazo, han planteado objeciones sobre el enorme coste que supondría implementar otra gran inversión apenas después de los cambios radicales que traerá el reglamento de 2026. Esto convierte en poco probable que el calendario original de 2031 se modifique, manteniendo los actuales motores híbridos de alta complejidad durante varios años más.
Por otro lado, los equipos recuerdan que la Fórmula 1 ha atravesado varias fases de innovación tecnológica que implicaron inversiones millonarias, como el paso a motores híbridos en 2014. Adelantar un nuevo cambio de propulsores en medio de un ciclo de adaptación podría generar riesgos financieros y técnicos que muchos no están dispuestos a asumir.
Costes y complejidad frenan la decisión
La combinación actual de propulsión eléctrica y de combustión interna, casi al 50% cada una, hace que cualquier cambio significativo sea difícil y costoso. Además, la transición a combustibles sostenibles en 2026 eleva aún más el coste operativo de los equipos, lo que alimenta la cautela de los fabricantes a la hora de comprometerse con un nuevo desarrollo para 2029.
Ben Sulayem sigue optimista y asegura que la idea de los V8 está sobre la mesa y que la Fórmula 1 Management (FOM) respalda el proyecto, pero reconoce que hay que “tener mucho cuidado” con los costes, especialmente los derivados del combustible sostenible. Mientras tanto, las conversaciones se mantienen de manera paralela para buscar soluciones que mitiguen este impacto económico y permitan que la F1 avance hacia motores más simples sin comprometer la estabilidad financiera de los equipos.
En definitiva, aunque los aficionados esperaban una Fórmula 1 más simple y directa en los próximos años, la combinación de costes, complejidad y necesidad de consenso mantiene la transición a los V8 en un horizonte más lejano, consolidando los motores híbridos actuales como protagonistas de la categoría al menos hasta 2031.