Las escuderías desaparecidas que dominaron la Fórmula 1 en sus orígenes
La Fórmula 1 es uno de los deportes de motor con más historia, pero dentro de ella hay muchas escuderías que en su momento fueron grandes, pero acabaron saliendo por la puerta de atrás

La historia de la Fórmula 1 no solo está marcada por campeones y circuitos legendarios, sino también por aquellos equipos que, en su momento, fueron protagonistas indiscutibles y que hoy solo viven en la memoria colectiva de quienes vivieron aquellos años. Escuderías que alcanzaron la gloria en décadas pasadas, pero que con el paso del tiempo se desvanecieron en su historia, dejando tras de sí una huella imborrable.
Hoy, estos nombres no figuran en las listas de salida ni en los garajes del paddock, pero siguen presentes, pues las escuderías desaparecidas de la Fórmula 1 no solo dominaron en sus inicios: ayudaron a construir la leyenda de un deporte que bebe de su pasado en muchos aspectos. Estos son solo algunas de ellas:
Lotus: Innovación y triunfo en tiempos dorados
Durante los años 60 y 70, Lotus fue sinónimo de vanguardia y éxito. Fundada en 1952, la escudería británica revolucionó la F1 tanto en lo técnico como en lo deportivo. Con figuras como Jim Clark y más tarde Ayrton Senna al volante, Lotus acumuló títulos y prestigio. Sin embargo, los problemas económicos se acumularon y en 1994 el equipo original dejó de existir. Aunque su nombre volvió brevemente bajo otros dueños hace unos años, el verdadero legado de Lotus quedó en el pasado glorioso que escribió en la pista.

Tyrrell: El equipo pequeño que se hizo gigante
Ken Tyrrell fundó su escudería en 1968 y no tardó en convertirse en una de las grandes sorpresas del campeonato. Con recursos modestos pero una gran visión, Tyrrell desafió a gigantes y logró victorias memorables. A finales de los 90, tras varias temporadas irregulares, el equipo fue absorbido y renombrado como British American Racing o BAR. Aunque el nombre desapareció, su espíritu sigue siendo parte de la historia del automovilismo.
Brabham: Un campeón al volante de su propio equipo
Jack Brabham no solo hizo historia como piloto, sino también como fundador de una escudería que llevó su apellido al éxito. Desde 1962, Brabham se convirtió en un referente, y en 1966 el propio Jack logró lo impensado: ganar el campeonato con un coche diseñado por su propio equipo. La gloria, sin embargo, no fue eterna. En 1992, Brabham dejó la Fórmula 1 tras años de declive económico. Su nombre sigue siendo un símbolo de innovación y autosuficiencia.
Ligier: La pasión francesa
Ligier debutó en 1976 con un enfoque audaz y un fuerte carácter nacional. A lo largo de su trayectoria, consiguió nueve victorias y se consolidó como una de las escuderías más reconocibles del paddock. Sin embargo, la falta de estabilidad financiera llevó a su venta en 1996, dando paso a Prost Grand Prix. A pesar del cambio de nombre y rumbo, muchos aún recuerdan a Ligier como una representante destacada del talento francés en la F1.