Leclerc responde a Hamilton
La relación entre Hamilton y Leclerc vuelve a tensarse y destapa un problema de fondo en el equipo de Maranello

Ferrari atraviesa un momento crítico en la temporada 2025. Lo que parecía una oportunidad de consolidarse como el rival de Red Bull ha derivado en un cúmulo de problemas que van mucho más allá del rendimiento. El Gran Premio de Azerbaiyán dejó un octavo puesto para Lewis Hamilton y un noveno para Charles Leclerc, un resultado que desnuda la fragilidad de un proyecto que no despega.
La escena más comentada llegó cuando Leclerc debía superar a su compañero, pero Hamilton no levantó el pie en el momento indicado. El gesto alimentó las sospechas de un nuevo roce interno. “Hay reglas que sabemos que tenemos que respetar y esas reglas no han sido respetadas”, lanzó un tajante Leclerc tras bajarse del coche. Una frase que retumba en Maranello y que confirma que algo falla dentro del box.

Un problema más allá de Bakú
La situación recuerda a episodios pasados, como los famosos rebufos perdidos en Monza o los errores estratégicos en plena lucha por el podio. En Bakú, sin embargo, el contexto fue distinto: se trataba de posiciones menores, un octavo y un noveno lugar. Por eso sorprendió aún más que el equipo no aplicara una orden clara y que los pilotos se vieran envueltos en un desencuentro innecesario.
El propio Leclerc restó importancia al choque directo con Hamilton, pero dejó claro que lo ocurrido no puede repetirse cuando lleguen momentos decisivos. “Por un octavo o noveno no lo voy a discutir, pero cuando peleemos por cosas importantes espero que funcione diferente”, declaró el monegasco, visiblemente frustrado con la gestión del equipo.
18 años sin títulos pesan en Maranello
Más allá de la anécdota, la realidad es que Ferrari lleva 18 años sin conquistar un campeonato del mundo. La presión de la prensa italiana es implacable y no se corta en catalogar las actuaciones del equipo como un fracaso colectivo. “Las oportunidades se desvanecen”, recogía Autosprint tras la carrera, reflejando el sentimiento generalizado en Italia.
El balance de 2025 es engañoso: cinco podios de Leclerc y una victoria al sprint de Hamilton apenas sirven para maquillar una temporada en la que Mercedes ya les ha adelantado en la clasificación de constructores. La afición pierde la paciencia y hasta la fe histórica en la escudería empieza a tambalearse.
Con medio calendario por delante, la gran pregunta es si Ferrari logrará una victoria que salve el curso o si el año acabará convertido en otro capítulo más de frustraciones. Por ahora, lo único claro es que los líos internos siguen pesando más que los resultados.