La F1 se reinventa en 2026 y Piastri lo tiene claro: tocará reaprender a pilotar
Con la llegada del nuevo reglamento, los pilotos tendrán que modificar hábitos adquiridos durante años, adaptándose a coches con menos apoyo aerodinámico y una mayor gestión energética. El australiano de McLaren ya avisa: el talento al volante será el factor diferencial

La Fórmula 1 se prepara para un cambio profundo y no solo a nivel técnico. Y es que cuando se habla de volver a aprender a conducir no es una exageración, ya que los pilotos se enfrentan al cambio más radical en décadas. 2026 está ya a un suspiro de llegar, y la nueva normativa no se reduce solamente en coche más rápidos o más lentos, si no de una filosofía de conducción completamente diferente. Algo que sabe bastante bien y explica Oscar Piastri, al que se le abre una nueva oportunidad gracias a los cambios que se avecinan.
Oscar Piastri y todo lo que se viene en 2026
''Habrá bastantes puntos en los que podrás marcar la diferencia como piloto. Vamos a tener que acostumbrarnos a muchas cosas que nunca habíamos tenido que hacer antes, especialmente en la gestión de la energía de la batería'', explicaba sobre lo que supondrá la nueva normativa de la FIA para los pilotos el año que viene. También deja claro que ''con un reglamento nuevo nunca sabes quién lo va a clavar y quién no. Esperemos ser uno de los que lo hagan''.

Los retos a los que se enfrentarán los pilotos
Hasta ahora, el motor eléctrico era tan solo un apoyo pero con la nueva normativa de 2026, la potencia se dividirá casi a partes iguales entre combustión y batería, renovándose por completo las unidades de potencia. Pero, ¿en que influye realmente esto? Pues básicamente, los eléctricos se quedan sin cuerda antes en las rectas, por los que los pilotos deberá dominar el lift-and-coast -soltar el acelerador antes de frenar-, tanto para ahorrar combustible como para recargar la batería. Un error de control podría convertirse en pocos segundos en algo crucial ya que, si no se gestiona bien, el monoplaza perderá caballos de fuerza en mitad de una recta convirtiendo al conductor en una presa fácil para sus rivales.
Cambios en la aerodinámica
El DRS se despide también, pero dando la bienvenida a su sustituto: la aerodinámica activa. Esta obligará al piloto a interactuar con la configuración del coche casi en cada tramo del circuito, no solo cuando esté a menos de un segundo del coche. Y eso sin ignorar que los coches serán 30 kilos más ligeros y más cortos, que por lo tanto tendrán menos agarre siendo más similar a la conducción de los años 80 o 90. Los neumáticos serán más estrechos, por lo que las reacciones del coche serán más impredecibles.
En las simulaciones se ha indicado que los coches serán algo más lentos debido a la pérdida de aerodinámica, aunque la aceleración será espectacular a la salida. Esto cambiará por completo los puntos de frenada, además de ser la prioridad que el monoplaza salga recto para poder aprovechar el torque eléctrico, es decir, ese impulso casi instantáneo del que los pilotos se podrán aprovechar.