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Javier Matilla: "Canales es el mejor ejemplo"

Javier Matilla: "Canales es el mejor ejemplo"
- Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 13 min lectura
Javier Magro Matilla (16/08/1988, Quero, Toledo) vive a sus 30 años una segunda juventud y se aferra a la profesión de futbolista con más pasión que nunca después de probar la peor cara de este deporte. El ex del Betis brilla en las filas del Aris de Salónica griego, donde es todo un líder y exhibe la madurez que le ‘regalaron’ dos temporadas en blanco tras ser operado de la rodilla derecha, en 2015, y de la izquierda, en 2017, tras sendas roturas del ligamento cruzado que le han enseñado a valorar el hecho de ser futbolista y de las que asegura que ha vuelto “más fuerte que nunca”.

Matilla, que se pone como ejemplo al verdiblanco Sergio Canales, se mira cada día unas cicatrices que le sirven para recordar “el camino recorrido y lo mucho que ha luchado” para poder seguir jugando. Desde la distancia y su ilusionante presente, sigue al Betis, al que ve con mimbres para lograr el objetivo europeo.

- No jugaba tanto y a tan buen nivel desde la 12/13, en su cesión en el Murcia, en la que quizás ha sido la mejor versión que se ha visto de Javier Matilla.
- Estoy muy contento por todo lo que estoy viviendo aquí. Por culpa de las graves lesiones que tuve, primero en el Betis y luego en el Elche, desde Murcia no había podido tener tanta continuidad. Aquí por fin he cogido ritmo de competición y estoy muy feliz por poder estar disponible para el equipo, por poder olvidar el calvario que he vivido, jugar y disfrutar después de dos años y medio sin continuidad y sin estar a mi nivel. Es mucho lo que uno se pierde estando de baja.

- Tan bien le van las cosas que en Grecia le han apodado el ‘Mago’, por sus asistencias y su acierto en el balón parado.
- Sí, estoy teniendo suerte con el balón parado. Mi último gol fue de falta directa, en el minuto 90 y con 1-1 en casa contra el OFI de Creta (el Aris acabó ganando 3-1). Suelo lanzar las faltas y los córners y la verdad es que el balón parado nos está dando muchos puntos. Estoy teniendo acierto, pero también es una mezcla del talento del equipo y del trabajo que hacemos durante toda la semana. Lo más importante es sumar partidos y victorias. El equipo está bien, cerca de meterse en Europa. Para ser mi primera experiencia fuera de España, estoy muy contento.

- Tomar la decisión de emigrar no debió ser fácil para alguien que venía de probarse en el Nástic tras 13 meses de baja por una segunda lesión del cruzado.
- No ha sido fácil. Mi primera lesión fue en el Betis (en 2015), en la rodilla derecha. Me pasé un año en blanco y en el Elche por fin pude volver a jugar. Estuve cuatro o cinco meses seguidos jugando a buen nivel, pero me volví a romper, esta vez en la rodilla izquierda, en diciembre de 2017. Estuve de baja hasta el final de la temporada y el año pasado tuve la oportunidad de ganar algo de ritmo en el Nástic. Al Aris llegó un técnico español, Paco Herrera, al que conocía del Villarreal. Me llamó y me contó su idea de proyecto. Cuesta salir de tu país, de donde has jugado siempre, por el riesgo de jugar en otro sitio, de que se olviden de ti en España... Pero, a día de hoy, puedo decir que tomé la decisión acertada. Estoy muy feliz de haber venido a Grecia.

- ¿Qué es más difícil, convencer al entrenador de que puede ser útil al equipo o convencerse a uno mismo de que es posible recuperar el nivel de antes?
- Cada momento de la recuperación es un etapa distinta. A nivel psicológico, son momentos muy duros. Primero tienes miedo y te preguntas ‘cómo estaré cuando vuelva’, piensas en si podrás recuperar los gestos que tenías antes de la lesión, si esto afectará a tu estilo de juego... Después de volver a sentirte tú mismo y coger confianza, toca convencer al técnico y al club de que estás bien. Paco (Herrera) me conocía y eso me ayudó. También me ayudó mucho el rodaje que cogí en el Nástic, porque eso hizo que llegara al Aris al cien por cien físicamente. Tuve continuidad desde el principio y eso fue clave. Luego vino una racha peor, Paco se fue a Las Palmas (donde, por cierto, le sustituyó Pepe Mel, técnico de Matilla en el Betis) y temí por como me irían las cosas con un entrenador griego que no me conocía tanto. Sin embargo, todo ha ido bien, estoy jugándolo todo y no se puede pedir más. Sobre todo, viniendo de vivir un momento tan difícil.

- ¿Qué piensa cuando ve jugar a Sergio Canales, que ha pasado por esa misma lesión en tres ocasiones, y hoy lidera al Betis y ha debutado por fin con la selección absoluta?
- Todos los jugadores que hemos tenido esta lesión tan famosa nos sentimos muy identificados entre nosotros, porque sabemos los momentos tan difíciles que se pasan. Sufrir una lesión así supone pasar una temporada en blanco y luego, viene un periodo de readaptación para recuperar el ritmo. Eso, cuando te pasa una vez. Imagine cuando te toca dos o tres veces, como a mí, a Canales o a Asenjo. Peleamos por nuestro sueño de seguir ligado a esta profesión, que es un privilegio. A la mínima que ves la luz, te agarras a lo que sea.

- ¿Se llega a perder del todo el miedo a volver lesionarse?
- Como dice Canales, uno tiene unos sueños que aparca para centrarse en conseguir metas más a corto plazo. Cambian tus prioridades, pero luego te levantas y... mira él dónde ha llegado: está en Primera, en una liga ‘top’ a nivel mundial, en la selección, es un referente en un equipo como el Betis, a un gran nivel de juego... Cuando vuelves de algo así lo haces aún más fuerte. Y Canales, desde luego, es el mejor ejemplo.

- ¿Cómo le cambiaron los largos periodos de baja en lo personal?
- En los malos momentos, uno se conoce mejor a sí mismo. Es muy fácil ser feliz cuando el viento sopla a favor. En las malas, te curtes, te sobrepones, te recuperas y cuando vuelves a jugar lo valoras mucho más que antes. Se echa mucho de menos el día a día, competir, el gusanillo de los partidos, los viajes, el ambiente... en definitiva, se echa mucho de menos ser parte del espectáculo que es el fútbol. Sabes que te puede volver a pasar y sólo te centras en disfrutar al máximo.

- ¿Qué le dicen las cicatrices?
- Las cicatrices son las señales que se quedan en tu cuerpo y que te recuerdan el camino que has recorrido para llegar donde estás. Te dicen ‘Ahora estás aquí y tienes que aprovecharlo’. Hacen que no olvides lo mucho que has luchado para seguir haciendo esto.

- ¿A quién debe su recuperación?
- Me han ayudado mucho mi novia y mi familia. La primera lesión, en el Betis, fue la más dura y mi familia se vino conmigo a Sevilla y me ayudó en los primeros meses, los más duros psicológicamente y en los que, además, tienes una movilidad reducida. Y luego están los compañeros, que te animan y dan fuerzas. Cuando vuelves al vestuario, ya todo es más fácil.

- ¿Sigue al Betis desde Grecia?
- Sí, siempre que puedo. Al Betis, a mis exequipos y a LaLiga en general, que es la mejor del mundo. Creo que la temporada que está haciendo es notable, aunque ha tenido altibajos. El Betis es un grande de España y eso pone el listón muy alto, exige mucho.

- ¿Entiende la exigencia que hay en torno al equipo y a Setién?
- El fútbol que intenta el Betis exige dar el máximo nivel y cuando no lo da le cuesta más, por eso está teniendo ahora momentos duros. Cuesta mantener un nivel tan alto jugando tantos partidos. Estar en tres competiciones también implica desgaste. Espero que vuelvan a su mejor nivel, que ha sido muy alto, y que puedan volver a meterse en Europa. La plantilla tiene nivel para lograrlo en los partidos que aún quedan.

- Usted formó parte del último Betis en tres competiciones. Ahí se pasó de la ilusión al descenso. ¿Hay ahora más exigencia?
- La exigencia en mi etapa allí también fue muy alta. Lo viví en mis propias carnes, pero eso al futbolista le gusta. Eso hace que no te sea indiferente ganar o perder. Si me dan a elegir, prefiero tener siempre una exigencia alta, para lo bueno y para lo malo. Cuando estás en tres competiciones y no eres uno de los poderosos, en presupuesto y en plantilla, cuesta acostumbrarse a jugar jueves y domingos. Son muchos partidos de alto nivel y mucha ilusión: por jugar en Europa, por estar en la final de Copa, por estar arriba en LaLiga... Todo eso lo notan las piernas y se hace larga la temporada. Ahora, por desgracia, sólo les queda LaLiga y espero que recuperen su nivel y consigan el objetivo de volver a Europa, que es lo que todos deseamos: seguir viviendo esta ilusión y esta exigencia, que son buenas para todos.

- ¿Qué planes de futuro tiene?
- Firmé con el Aris por un año, con opción de otro más si jugaba una cifra de partidos que ya he cumplido, así que el contrato se renovó automáticamente. Soy muy feliz aquí, el club me trata muy bien, me da mucha confianza y me hace sentirme importante, así que quiero seguir aquí.
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