Así jugó el Real Madrid ante el Barcelona (2-3) en la semifinal de la Supercopa de España disputada en el King Fahd International Stadium de Riad (Arabia Saudí).
COURTOIS (6): encajó dos goles que le convertían en portero terrenal pero acabó siendo decisivo con una doble parada en la prórroga que evitó la tanda de penaltis. En el primer acto sin exigencia en disparos más allá de dos remates de cabeza de De Jong, estuvo atento para lanzar contragolpes con rapidez. Nada pudo hacer en el primer tanto por el rechace ni en el testarazo sin marca de Ansu en el segundo. Se desquitó en la prórroga con su doble intervención en segundos a disparos de Busquets y Dembélé.
CARVAJAL (7): un mes después regresó a los terrenos de juego sin dejar muestras de su inactividad. Intenso desde el inicio con una entrada a Jordi Alba en la que mostró confianza y su habitual entrega, sin medir esfuerzos. El criterio marcó sus pocas incorporaciones ofensivas, ganando siempre la espalda de Dembélé, y siendo clave en el segundo tanto. Aguantó 90 minutos el día de su reaparición, acabando con sufrimiento en el marcaje del francés que lo encaró siempre.
MILITAO (3): con la baja de última hora de David Alaba los galones recaían sobre el brasileño y falló en una acción que permitió levantarse al Barcelona. Había mostrado su habitual firmeza taponando un disparo de De Jong a los diez minutos, rápido al corte y atento en cada acción, hasta que a cuatro minutos del descanso cometió un error en un despeje. Lo impactó sobre De Jong y el balón se coló en su portería. Cuando parecía reaccionar, llegó un fallo de marca en acción de estrategia del rival y llegó tarde ante Ansu Fati en la acción que provocó la prórroga.
NACHO (4): las puertas de la titularidad se abrieron cuando no lo esperaba por el percance muscular de Alaba. Sin la continuidad de minutos que desea en los últimos meses, encaró el difícil reto de contrarrestar la envergadura de Luuk De Jong. Perdió por alto dos centros laterales que acabaron en testarazos del barcelonista y sufrió. Intentó poner calma en momentos de dificultad, sin la firmeza de otros encuentros.
MENDY (7): con su despliegue físico contrarrestó el sufrimiento en labores defensivas. Protagonizó una acción decisiva en su primera subida con peligro al ataque, encarando y marchándose de un Dani Alves condicionado por una amarilla. De su centro nació la acción del gol que deshizo la igualdad del clásico en la segunda parte. Con altas dosis de calidad y de riesgo, puso el corazón en un puño a Ancelotti con una salida de balón desde su área con ruleta incluída.
CASEMIRO (6): el gol del triunfo nació de una transición en la que puso criterio y velocidad. Brilló más en el primer acto con calidad en la salida de balón, descolgándose en posiciones de ataque, que en el segundo en el que reculó cuando el Barcelona apretó para ayudar en labores defensivas. Gran despliegue físico acabó perdonando el tercero de cabeza solo.
TONI KROOS (5) : retrasó en exceso su posición, se sacrificó en labores que rebajan su importancia desde la posesión de balón y el partido no favoreció a sus virtudes. Estuvo gris, con poca incidencia en el juego añorando más posesión y sin llegada a área rival.
MODRIC (6): siempre elegante con el balón, impuso su criterio en los momentos en los que pudo aparecer con posesión y lanzó pases de peligro cuando el Real Madrid metió velocidad a su fútbol. Se adapta a todo y desde su visión encontró la velocidad de Vinícius al espacio como el mejor socio. Dejó el partido a los 83 minutos para tener mayor frescura en la final.
MARCO ASENSIO (7): pese a que fue el primer cambio de Ancelotti, no le faltó intención de desequilibrar siempre que apareció en ataque, con la portería rival en su mente y buscando el gol siempre que pudo. Acarició la escuadra con su zurdazo de mayor peligro. Tres disparos en los mejores momentos madridistas en el partido. Fresco y con confianza. Sintiéndose importante. Además trabajó en defensa, echando una mano a Carvajal ante Dembélé.
VINÍCIUS (9): extendió el mejor de sus momentos, referente absoluto, por momentos único jugador madridista a su nivel. Encaró siempre e hizo sufrir a Dani Alves, al que le sacó una amarilla y le condicionó. Buscó el espacio con velocidad y le añadió buena definición para romper el partido con su decimoquinto tanto del curso, el mismo número que había conseguido en tres temporadas en 118 partidos. El mejor madridista del partido dejó pasar el balón en un amago para el tanto del triunfo en una prórroga que no pudo acabar, agotado, con calambres, tras su gran desgaste físico que provocaron su cambio a los 110 minutos.
BENZEMA (9): siempre decisivo, hasta en partidos en los que no puede aparecer con continuidad porque el dominio fue del rival en la segunda mitad. De un robo suyo a Busquets se decantó el clásico de inicio y lo volvió a hacer con su tanto, fiel siempre a su cita con el gol. Elegido jugador del partido, acabó dolorido de un hombro y con claros síntomas de cansancio.
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RODRYGO (7): aportó lo que le pidió Ancelotti cuando entró en un escenario de partido que no le beneficiaba. Se asoció con Benzema, apareció en ataque y metió el miedo en el cuerpo al rival. Suya fue la acción decisiva del tercer tanto, con su pase atrás para el gol, y en sus botas estuvo poner el broche con el cuarto tanto pero falló con todo para marcar.
FEDE VALVERDE (8): tiene una alianza con la Supercopa de España en la que siempre es protagonista. Lo fue con una expulsión ante el Atlético de Madrid en una entrada que evitó un tanto de Morata que habría costado una derrota y hoy apareciendo en la prórroga para firmar en el mejor momento su primer tanto de la temporada. Su físico le vino bien a un equipo que se mostraba cansado.
LUCAS VÁZQUEZ (6): su entrada en la prórroga fue un respiro para la zaga madridista. Tomó el relevo de Carvajal para medirse a Dembélé, estando más fresco y con mejores piernas para salir airoso.
CAMAVINGA (6): disputó los diez últimos minutos del clásico, al entrar por las molestias de Vinícius, y cumplió con su labor, aumentando el músculo en el centro del campo y defendiendo los ataques de un Barcelona que buscaba a la desesperada el gol.
Roberto Morales8 min lectura