Elena Congost recibe su merecido premio
La deportista española ha recibido el Premio Especial a los Valores del Deporte de los Premios María de Villota

Cuando un deportista compite en la modalidad de paralímpicos lo hace con un motivo siempre en la mente, el de poder demostrar su espíritu de superación frente a las dificultades que la vida le ha planteado. Y Elena Congost, pese a sufrir un tremendo varapalo en París 2024 al no concederle su medalla de bronce por soltar en el último momento a su guía para evitar que se cayera al suelo fruto de unos calambres que sufría, ha conseguido cerrar el año 2024 con su principal objetivo conseguido.
Y así se lo han querido reconocer con el Premio Especial a los Valores del Deporte de los Premios María de Villota. Y en la recogida del mismo, se mostraba así de satisfecha: "Esta 'no medalla' ha traído muchas oportunidades y ha dado a conocer el deporte paralímpico y el atletismo. Mucho más valor esta ‘no medalla’ que las medallas que gané de verdad".
A pesar del mal trago que pasó en tierras francesas, la atleta admite que el Premio Especial del Jurado a los Valores Deportivos supone un fuerte impulso moral para seguir entrenando: "Después del momento complicado que viví en Paris, en el que se te queda un sentimiento malo, con sensación de fallar a ti y todo el mundo, un premio tan importante es siempre una inyección de alegría y positivismo".
Sobre la diferencia de repercusión que tuvieron las dos medallas que posee y esta última que no consiguió apuntó: "En 2012 y 2016 gané medallas y no tuve repercusión. Esta 'no medalla' ha traído muchas oportunidades y ha dado a conocer el deporte paralímpico y el atletismo. Mucho más valor esta ‘No medalla’ que las medallas que gané de verdad. Está siendo muy bueno y positivo tanto para mí como atleta como para el deporte Paralímpico y femenino, al que se le está dando mucha repercusión. La lástima es que tenga que pasar algo tan negativo para que se hayan abierto tantas puertas".
Por último, ha hecho referencia a su futuro y en lo que respecta a los Juegos de Los Ángeles, en los que competirá con 41 años, tiene muy claras sus ideas: "Hemos cambiado de guía. Hemos decidido en el equipo que sea una atleta profesional joven, con mucha proyección con respecto a mí. También ha sido un chute de energía y motivación. Se llama Roger Sans. Nos lo tomamos con mucha ilusión. Entrenar con una familia grande con niños es más cansado, pero te da más energía porque tus hijos ven tus valores. Se los puedes transmitir. Haremos dos maratones por año, aunque este será más tranquilo. La ilusión con la que te levantas cada día es luchar por un podio. Ya no quiero más ‘no medallas’".