La lesión de
Jesús Navas al cuarto de hora de partido ante el
Atlético de Madrid cambió prácticamente por completo el planteamiento plasmado por
Vincenzo Montella en su libreta. Una lesión que obligó al italiano a tirar del banquillo a las primeras de cambio y que, tras haber desaprovechado
Luis Muriel una ocasión flagrante de adelantar a los suyos en el minuto tres, trajo como consecuencia un 2-5 en contra tras un rosario de errores no forzados que volvió a destapar las vergüenzas del conjunto nervionense en esta temporada, en la que acumulan cinco 'manitas' en contra.
Un paupérrimo espectáculo que, sin embargo, no despertó el enojo del
Sánchez-Pizjuán, que, a diferencia de tiempos atrás, dejó a un lado los rencores y convirtió los pitos del pasado en un espectáculo de animación que fue a más conforme pasaban los minutos y a
Sergio Rico le caía un saco de goles. Un sevillismo que, una vez más, volvió a convertirse en
'Guardián de Nervión', independientemente de que vinieran duras o maduras. Un saber estar y un apoyo que, lógicamente, supo corresponder la plantilla tras el partido, sabedora de que su imagen no había sido la más apropiada más allá del primer cuarto de hora de partido.
"Hay que agradecer su apoyo a la afición", resaltó el
'Mudo' Vázquez. Un mensaje de agradecimiento que también quiso destacar públicamente
Pablo Sarabia, uno de los dos goleadores sevillistas en la noche del pasado sábado en el
Sánchez-Pizjuán: "Agradecemos, no sólo yo sino todo el equipo, a la afición por cómo se ha comportado. No era fácil por el resultado y tantos nosotros como ellos estábamos sufriendo, pero la reacción ha sido animar. Es impresionante y les damos las gracias, dejándoles claro que vamos a ir a por el siguiente partido".
Una simbiosis equipo-afición que, sin lugar a dudas, será crucial a la hora de intentar acortar distancias en el complicado objetivo de luchar por la cuarta posición de la tabla, la cual hoy día ocupa el
Valencia a diez puntos de distancia de un
Sevilla, sexto, con 39 unidades en su casillero particular. Y es que el plantel sevillista lo tiene muy claro: el
Sánchez-Pizjuán no falla, por lo que el éxito o fracaso a final de temporada recaerá sobre sus piernas.