Manda en el cielo y afina en la tierra

Manda en el cielo y afina en la tierra
De Jong celebra el gol que dio al Sevilla el triunfo en el derbi. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 5 min lectura
De Jong ha resistido. Lopetegui también. Y, de repente, se ha hecho la ‘Luuk’ en pleno oscurantismo de su crédito, merced a la fe del técnico en el delantero y la capacidad del propio holandés en mantener la confianza en su capacidad realizadora más allá del evidente bloqueo que le ha lastrado en su arranque como nervionense. En la Eredivisie su efectividad rozaba la excelencia pero en Nervión su relación con el gol había degenerado hasta la fecha en demasiados remates sin el destino deseado.

Monchi fichó gol en mayúsculas por los números en su país, mas la afición sólo apreciaba un trabajo indiscutible que se solapaba bajo una ausencia de puntería que incluso le mandó al banquillo en algunos partidos. No obstante, el que lo testa todos los días en los entrenamientos y sabe lo que le puede aportar a su esquema no ha cedido en ningún momento ante la presión de las matemáticas y apostó por él como titular en el derbi, una decisión que muchos no entendieron cuando se conoció la alineación.

De Jong respondió a esta insistencia con su mejor actuación con la elástica blanquirroja y un muestrario de sus numerosos recursos como referencia con el premio del gol. Y no un tanto cualquiera. Un golazo tras control y zapatazo a la escuadra que brindó el triunfo al Sevilla en el derbi hispalense. Una diana inmortal, para la historia, que debe ser un punto de inflexión para el holandés, indultado inmediatamente por la afición por ser el verdugo del eterno rival.

Y es que su acierto permitió salir de Heliópolis con el máximo botín, lo que ya sucedió en su primer gol como sevillista en el triunfo contra el Levante. En este sentido, De Jong sólo ha perforado la portería rival en dos ocasiones desde que aterrizó en el Sánchez-Pizjuán pero han sido muy rentables, hasta el punto de que le ha otorgado cuatro puntos, dos contra los granotas (1-0) y dos ante el Betis al ser los tantos que rompieron los empates. Cuatro puntos que han aupado al Sevilla a la cuarta plaza de la clasificación, a puestos con derecho a Champions League, el verdadero objetivo del proyecto de Monchi y Lopetegui.

Además, con su golazo en Heliópolis, ya es el delantero del Sevilla más realizador en el campeonato liguero, pues hasta el domingo empataba a un tanto con Chicharito, que, eso sí, lleva tres en total por los cinco de Munir, todos en la Europa League, donde Dabbur suma dos. Su acierto en Heliópolis mejora un promedio anotador que todavía dista de ser el esperado, con un gol cada 389 minutos en LaLiga, si bien su aportación va más allá de su faceta anotadora, con un juego de espaldas y un desempeño como referencia vitales para la propuesta de Lopetegui, razón por la que confía tanto en él.

El holandés cumple a la perfección con esta función, sobre todo bajando balones aéreos y poniendo en ventaja a los compañeros que llegan desde atrás. El domingo lo hizo una y otra vez, hasta el extremo de ser la única vía para salir en ciertas fases del choque. Así lo refleja el dato de que fue el futbolista que más duelos aéreos ganó junto a Diego Carlos, a lo largo del encuentro en el Benito Villamarín, con un total de cinco. Un registro que cuadra con la media de batallas en las que se ha impuesto por arriba y que lo convierte en uno de los futbolistas de LaLiga más fuerte en esta estadística, con un promedio de 4,7 balones aéreos ganados por choque, sólo por detrás del alavesista Joselu (8,1), Raúl García (5,9), Mikel Merino (5,8), Guido Carrillo (5,1) y Ante Budimir (4,8).

A este trabajo le sumó acciones muy acertadas para desahogar el juego, controlando de espaldas, sacando al defensa de zona y habilitando a un compañero. Pese al cansancio, fue una vía de escape en la recta final y la evidencia de que, además de mandar en el cielo, ya afina en la tierra en todos los sentidos posibles.
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