El silencio reina en
Nervión, los focos están apagados, las únicas palmas que resuenan son las que salen de los balcones cada día a las 20:00 horas y el único tanto que espera celebrar el sevillismo es el que hay que meterle al coronavirus. En el
Ramón Sánchez-Pizjuán no hay fútbol desde hace más de un mes, en concreto desde el
1 de marzo, con motivo de la visita de
Osasuna, no se reúne la Fiel Infantería en la Bombonera. Más de lo mismo ocurre en la carretera de Utrera. Impacta la imagen desde arriba con una remozada
Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios totalmente desierta, como si de un escenario de película de terror se tratase. La última vez que sobre esos campos había jugadores y jugadoras entrenándose fue el 11 de marzo, sólo unos días después de que el COVID-19 dejase claro que había llegado a España y era para quedarse un tiempo.
Desde ese día, hay un parón absoluto. No obstante, hay varios sevillistas que llevan mucho más tiempo sin competir, más incluso que los 14 que jugaron en el
Wanda Metropolitano el último partido hasta la fecha: un 2-2 ante el Atlético de Madrid. Vaclik, Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón, Gudelj, Joan Jordán, Banega, Ocampos, Suso y De Jong y los suplentes ‘Mudo’ Vázquez, En-Nesyri y Sergi Gómez son quienes menos tiempo llevan sin competir.
Más de un mes suman otros como
Escudero, Bono, Óliver Torres, Fernando o Rony Lopes; camino de la sexta semana sin vestirse de corto va
Nolito, más de 60 días de ‘confinamiento’ suma
Munir y cerca de 10 meses, el que más, cuenta
Javi Díaz.