La sana costumbre del Sevilla

Ya se atisba la luz al final del túnel. Si no hay retrocesos en el plan establecido por los organismos competentes, el Sevilla FC volverá a entrenarse esta semana para preparar el regreso a las competiciones previsto para el mes de junio. Es mucho lo que hay en juego. En LaLiga, conservar una plaza Champions que se antoja vital para la economía del club en plena crisis. Y en la Europa League, una ilusionante eliminatoria ante la Roma y la posibilidad, aún lejana, de volver a tocar plata, con sus consiguientes réditos financieros también.

La gran duda ahora reside en conocer en qué estado se encontrarán los equipos cuando el balón vuelva a rodar. Pero si Lopetegui y los suyos son capaces de mantener el mismo ritmo y las cualidades exhibidas hasta el parón, tendrán sin duda mucho terreno andado.

Pese a marchar terceros en la tabla, con sólo un punto de renta sobre el quinto clasificado, el Getafe, al técnico vasco se le ha criticado mucho en ciertas fases del campeonato su planteamiento conservador, sobre todo con el marcador a favor. Pero lo cierto es que eso le ha servido para ser el tercer equipo de LaLiga que menos minutos ha ido perdiendo. Concretamente, 298’, un 12,3% de los disputados, según apunta la cuenta @vintage_stats, apareciendo sólo por delante en este ranking el Real Madrid (10,9%) y el Atlético (12,2%).

En total, el Sevilla sólo ha caído en seis de las 27 jornadas disputadas, siendo el cuarto con menos derrotas, pues en este aspecto también lo adelanta el Barça (5). Pero el plan de Lopetegui no sólo sirve para no perder.
Algo más de la mitad del tiempo (50,5%), su equipo ha ido empatando (menos que Atlético o Getafe). Pero también pasa por ser el segundo conjunto que más minutos ha ido ganando tras el Barça. En concreto, 905’, lo que supone un 37,2%; si bien en partidos totales ganados vuelve a ser cuarto, con 13, por detrás de los culés, Madrid y Real Sociedad, que ha vencido en uno más.

Este último dato podría tener una lectura negativa, pues no siempre han sido capaces los nervionenses de conservar sus rentas. Pero en el cómputo global, sus números siempre se mueven en esa franja en la que busca acabar: los cuatro primeros.