Kanouté, el impacto que le causó Sevilla, su identificación con el club, su plano personal...

Kanouté, el impacto que le causó Sevilla, su identificación con el club, su plano personal...
- J. L.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 6 min lectura
"Estaba impactado por la belleza. Todavía se encuentran algunos musulmanes de generaciones atrás, pero no muchos. Era más arquitectura y, aunque esos monumentos se convirtieron en sitios turísticos o catedrales, son hermosos. Esa cultura realmente me interesó mucho. La Giralda de Sevilla, que había sido mezquita. Fui al minarete, el punto más alto, y había una rampa adentro para que la gente pudiera subir a caballo. Fui allí, fui a todas partes: la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada. El lugar es especial. Fueron siete años fantásticos". Así recuerda Frederic Kanouté su paso por el Sevilla en una entrevista con Sid Lowe en The Guardian. Uno de los mejores jugadores de la historia nervionense encontró en la capital andaluza y en el club andaluz el lugar perfecto para vivir y donde, a la larga, alcanzaría su cenit como futbolista.

“Cuando estuve en el Tottenham y escuché que el Sevilla estaba interesado, pensé en el club, en la Copa de la UEFA de ese año y en LaLiga, que siempre pensé que sería una gran experiencia. Pero también pensé: Sevilla, Andalucía, con la gran herencia que tiene. Eso jugó un papel", indicaba el franco-maliense. Esperaba una gran experiencia, pero no lo que vendría después. Campeón de la UEFA en su primer año, triplete en el segundo, la Supercopa de España en el tercero... Y un futbol que enamoraba a Europa y que plantaba cara a los dos poderosos en laLiga.

“El ambiente juega un papel importante. Llegué a España y descubrí otro fútbol, ??otra cultura. El enfoque fue diferente, lo que me llamó la atención desde la primera sesión: directo a los rondos, todo con el balón, todos con una sonrisa, simplemente felices de estar allí. Ése es el recuerdo que tengo. Tuve suerte, llegué al lugar correcto en el momento correcto. Teníamos un equipo fantástico", afirma Kanouté, que a su lado tenía a Luis Fabiano, pero también a Dani Alves, Jesús Navas, Palop...

Y que contrastaba con lo que había sentido hasta ese momento."Preferiría preguntar: ¿por qué no fue tan bien en Inglaterra? Hice algunas cosas buenas, pero las lesiones y la falta de coherencia me detuvieron, lo reconozco. Parece que alcancé mi madurez alrededor de los 27 o 28", estima. Y recuerda aquel 06/07 en el que el Sevilla, con él como goleador, ganó la Copa, la UEFA y la Supercopa de Europa, y aspiró a LaLiga hasta el último partido. “Fue increíble. No tuvimos ningún complejo, fuimos primeros mucho tiempo y yo estaba metiendo goles como loco”, señala, al tiempo que admite que llegaron al final del campeonato fundidos -habían jugado más partidos que nadie-: "Ahí se ve la diferencia entre los grandes, con los enormes presupuestos de Madrid, Barcelona y nosotros, en muchas competiciones y con una plantilla más pequeña. Empecé a sentir dolor en mi espalda y estábamos muy cansados. Era natural que cayera -el rendimiento- un poco".

Más centrado en el terreno personal, Kanouté habla su admiración por Weah y Ronaldo Nazario, su implicación personal con la sociedad, con los más necesitados, con un Mali donde no nació pero con quien decidió jugar y con las causas que considera justas. “Somos ciudadanos y seres humanos antes que deportistas; la responsabilidad va más allá de nuestro campo de actividad. Lo que hacemos es un medio para lograr cosas más grandes, una plataforma. Tenemos que entender que incluso cuando hablamos de racismo somos privilegiados, no viviendo en el mundo real sino en la burbuja del 'futbolista'. En muchos lugares, no me tratan como negro sino como 'Kanouté'. Me daría cuenta de que donde no me reconocían: a veces estaba viendo cosas impactantes. Si somos inteligentes, entendemos que el privilegio también es responsabilidad. Úselo bien y podemos hacer el bien a las personas que no tienen esas oportunidades".

Y de cómo viven sus hijos, que ahora tienen 19, 17 y 11 años, y tienen una mezcla no fácil de llevar. “Es una locura -dice con una sonrisa-. Crecieron en Sevilla, es su primera cultura. Tenemos un hogar complicado. Vivimos en Londres. Hablo francés, ellos hablan un inglés perfecto, mi esposa les habla a veces en español. Cuando les preguntamos a nuestros hijos de dónde son, resulta confuso. Saben que tienen sangre maliense, pero sólo han ido un par de veces. Ellos también saben que son franceses. Y en Sevilla se sentían españoles. Al final, no les importa; se comparte y eso es hermoso. Es una lección que nos están enseñando, a apreciar todo lo que tienes y lo que eres", concluía.
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