Era, sin duda, el lunar de la planificación, aunque Monchi ha explicado varias veces de que se trató de un riesgo controlado y asumido. Ante el excelente nivel de Koundé y Diego Carlos, el máximo responsable del Sevilla FC consensuó con el técnico, Julen Lopetegui, que afrontarían la temporada 21/22 con solamente tres centrales, los dos indiscutibles y Rekik, aunque casi nada ha salido como se esperaba en Nervión. Se contaba con la polivalencia de hombres como Gudelj, Fernando, Acuña y Montiel, capaces de sofocar fuegos puntuales por dentro, y todos lo hicieron, seguramente en más ocasiones de las aconsejables.
Los problemas físicos del neerlandés de origen tunecino, alguna baja coyuntural e inevitable del francés y el brasileño, más la plaga que ha afectado este curso a la plantilla blanquiroja dejaron durante muchas semanas en cuadro al míster de Asteasu, que prácticamente incorporó a sus planes a Kike Salas y antes a José Ángel Carmona. Se planteó alguna opción en enero, pero entonces las urgencias parecían estar en ataque por la marcha de En-Nesyri y Munir, junto a Bono, a la Copa de África. Llegaron Tecatito Corona, una oportunidad de mercado que lleva tiempo esperándose, y un Martial que no ha marcado las diferencias ansiadas. Y los problemas atrás se recrudecieron ante el acoso estival a Koundé por parte del Chelsea e invernal a Diego Carlos por el Newcastle.
Pese a la renovación del ex del Nantes, que aumentará su cláusula, Monchi sabe que deberá enfrentarse en unos meses al asedio a sus dos centrales principales y que, a lo mejor, uno de ellos debe ser 'sacrificado' para cuadrar las cuentas y rearmarse. Así ha sido siempre, convirtiéndose en una de las claves del crecimiento continuo del Sevilla FC. Por eso, como parte de su obligación está el seguimiento a los zagueros más prometedores del Viejo Continente y otras latitudes. Cada vez será más complicado, habida cuenta de la alta competencia existente, cazar un 'mirlo blanco', como demuestran los últimos movimientos en torno a los dos preferidos del isleño. Ambos superan el 1,90 y tienen solamente 22 años, pero la carrera por seducirles a ellos y sus entidades está perdida.
“¿Que si es ésta mi última temporada en el Lille? Veremos si las cosas van según lo planeado; entonces, sí. Pero primero quiero terminar bien la temporada con el Lille. Después de eso, hablaremos”, sentenciaba uno de ellos en una entrevista con 'L'Équipe'. Se trata del neerlandés Sven Botman, internacional sub 21 de momento con la 'Oranje', pero de un tremendo futuro. Fijo en el club bretón fue retenido en las dos últimas ventanas para afrontar con garantías la aventura rojinegra en al Champions, pero el propio defensor reconocía que el Sevilla, entre otros, había llamado a su puerta. Finalmente, todo indica que acabará en el Milan, con el que ha llegado hace meses a un acuerdo hasta 2027 a cambio de tres millones de euros netos por año, más bonus.
Así lo adelantaba el especialista en el mercado Nicolò Schira, que especifica lo que cobrará el otro central que encandila a Monchi: Nico Schlotterbeck, que será traspasado por el Friburgo al Borussia Dortmund por unos 20 millones de euros, aumentando considerablemente los emolumentos del mejor de los hermanos nacidos en Waiblingen, que firmará por cinco campañas a cambio de 2,5 kilos netos. Unas cantidades altísimas con las que, llegado el caso, podrían competir los nervionenses, aunque siempre han destinado el primer escalón salarial de la plantilla a futbolistas más consolidados. A lo que nunca se negaron aquí es a premiar el rendimiento con subias y mejoras al poco.
Villa Gómez5 min lectura