Boisson, de la que todo el mundo habla en París
La francesa ha dado la gran campanada en Roland Garros al eliminar a la tercera espada del circuito femenino, Jessica Pegula. Y lo mejor es que había acudido al torneo como invitada

Lois Boisson, la nº361 del ránking WTA, ha escrito su nombre en lo más alto del tenis mundial en sólo unos días. De ser una tenista anónima para la mayoría ha pasado a ser la más buscada entre las pistas de Roland Garros. Porque ha dado una de las mayores campanadas que se recuerden en un Grand Slam. Porque se lo ha ganado con mucho sacrificio. Y porque está dispuesta a seguir dando guerra a toda la que se le ponga delante.
Se estrenaba en la Philippe Chatrier y se le ocurrió firmar la mayor gesta de su carrera, ganarle a la nº3 del mundo, Jessica Pegula, para clasificarse para los cuartos de final. A sus 22 años ha alzado la voz, tímidamente pero con un mensaje muy claro y directo: "¿Por qué no la victoria?". Sí, en ambición e ilusión nadie le puede ganar.
Acostumbrada a bregar con problemas en el hombro derecho, que la alejó durante meses de las canchas y la obligó a cambiar su forma de golpear la bola, se dejó la piel en el gimnasio para superar la lesión y, cuando la dominó, se hizo un tatuaje en el mismo con su palabra favorito: resiliencia.
Su equipo la define como un ser "extraordinario" y su representante asegura que "es tan exigente consigo misma que no soporta la mediocridad". Hija del exjugador de baloncesto del Asvel Yann Boisson, comenzó a jugar al tenis con ocho años. Sus preparadores siempre vieron en ella una calidad excepcional de su golpe de derecha, pero las lesiones fueron un freno a toda su carrera.
"Si me hubieran dicho hace tres semanas que estaría ahora aquí no lo habría creído", ha sido otra de las frases que ha podido decir. Cabe recordar que ha podido participar gracias a una 'wildcard'. Pero la frase que más ha sorprendido a todos ha sido esta: "El torneo no ha terminado".
Enfrente tendrá ahora a la rusa Mirra Andreeva, quien, a sus 18 años, disputará los cuartos de final por segunda vez en su carrera, una precocidad que no se veía desde tiempos de Martina Hingis. "Que haya ganado a la número 3 no quiere decir que vaya a ganar a la número 6. Tiene un juego mucho más variado que Pegula", analizó la jugadora francesa.
El duelo promete una gran intensidad y de las raquetas saltarán chispas entre dos jugadoras que le pegan fuerte a la bola. A la rusa la entrena la española Conchita Martínez, quien no dudó en asomarse a la pista central para comprobar de primera mano cómo jugaba la rival de su jugadora.