Antonio José Medina4 min lectura"El primer objetivo es intentar competir y voy día a día", decía ayer Rafa Nadal sobre su futuro más inmediato. Si no fuera por todo lo que ha ocurrido en el último año y medio diríamos que se trata sólo de cautela. Sin embargo, tras perderse 2023 casi al completo y tardar un mes en recuperarse, tras Brisbane, de lo que parecía una lesión simple, fruto de un sobreesfuerzo, ahora ya nada está claro.
Nadal renunció a Doha e hizo lo propio en Indian Wells cuando ya se preveía su regreso. Su objetivo no es otro que jugar en Montecarlo y hacía ahí enfocó todas sus miras. Tras esto están el Godó, el Mutua Madrid Open, los Internacionales de Roma y Roland Garros. Su tradicional temporada en tierra batida que podría limitar, en función de cómo se sienta y de los resultados para llegar 'lieso' a París, su gran propósito.
"Para mí es más una batalla consigo mismo, de liberarse para jugar que lo que tiene en sí. Porque cuando fue a Australia jugó bien. Pero jugó un partido que le hizo un poco de daño y ahí ya se preocupó mucho. Pero en tierra le va a doler mucho menos", señala, en declaraciones a EFE, el que fuera capitán de Copa Davis y gran tenista en los años 80, Emilio Sánchez Vicario.
El extenista catalán conoce perfectamente al balear, ya que, con él, ganó varias veces la Copa Davis, sabe de su tolerancia al dolor y de lo que ha sido capaz de soportar toda su carrera. Por eso, aún espera verlo competir al máximo nivel en los próximos meses. "No creo que se nos vaya. Creo que va a jugar bien. Creo que lo que tiene es un poco de miedo porque la operación le molesta. Pero si empieza a competir en tierra ya no tendrá miedo, pues empezará a competir y, si se pone en forma, yo creo que en Roland Garros y en los Juegos Olímpicos estará a tope, al cien por cien. Si no se hace más daño...", afirma el mayor de los Sánchez Vicario.
"Soy realista, hace un año y medio o dos que se me está haciendo imposible competir, con lo cual el primer objetivo es intentar competir y voy al día a día", advertía Rafa, que no es tan optimista como el que fuera su capitán de Copa Davis.
Lo que parece evidente es que está viviendo sus últimos meses como jugador. Y es algo, que, según señala Feliciano López, hay que empezar a asumir. "Es evidente. Se fue Roger Federer, Djokovic a saber lo que le queda y Rafa tampoco sabemos lo que le queda. Pero es evidente que el mundo del tenis está viviendo un cambio brutal. Al final lo que hemos vivido estos últimos tiempos ha sido irreal. Tres números uno, los tres mejores jugadores de la historia compitiendo juntos en los últimos quince años me parece irreal y que no va a volver a pasar nunca más. Cuanto antes lo aceptemos, mejor. Y cuanto antes cesen las comparaciones, pues también mejor", avisa un Feliciano que señala que "no va a haber una generación mejor" y, por eso, invita "a disfrutar de lo que tenemos", aunque no sea lo que antes se tenía.