Se desata la locura en la NBA
Dos auténticos partidazos, con sendas 'sorpresas', ponen patas arriba unos playoffs que apuntan a históricos

I love this game. Eso lo único que sale decir en estos momentos. Haciendo nuestro el clásico eslogan de la NBA en los 90, nos acercamos a una noche de puro baloncesto de playoffs, una en la que las emociones se dispararon durante más de cinco horas, una en la que el amor por este bendito deporte vivió dos auténticas sinfonías en el TD Garden de Boston y en el Paycom Center de Oklahoma City, una en la que Knicks y Nuggets pusieron el primer capítulo a la que puede ser una maravillosa historia.
Empezando por el hogar de los Celtics, lo cierto es que se esperaba que los actuales campeones empezaran marcando territorio ante los de Nueva York, sobre todo tras verles alcanzar una renta de hasta 20 puntos mediado el tercer cuarto. Sin embargo, los de Tom Thibodeau no solo no agacharon la cabeza, sino que redoblaron esfuerzos para remontar el partido y terminar llevándoselo en la prórroga.
El triunfo de los Knicks llegó desde la pasión, esa que desprenden en cada jugada, en cada balón suelto. Así, mientras Jalen Brunson cocinaba en ataque (se fue hasta los 29 puntos), Mikal Bridges lo hacía en defensa para firmar dos acciones para el recuerdo de la afición neoyorquina. El alero literalmente arrancó el balón de las manos a Jaylen Brown en la última jugada de la prórroga para sellar el triunfo por 105-108.
La realidad es que Brown se equivocase en la última jugada no fue una sorpresa. Durante toda la noche Jayson Tatum y él parecieron estar sin batería; tanto es así que entre ambos se quedaron en un 5 de 25 en triples para marcar la tónica de un equipo que falló hasta 45 triples, firmando un bochornoso récord negativo en la historia de los playoffs de la Liga.
Denver, otra hazaña de locos
Y si ver a los Knicks en el Garden sonaba a locura, que los Nuggets hiciesen lo propio en cancha de Oklahoma City Thunder, un equipo que ha ganado 68 partidos en la regular season, era ya un asunto para desequilibrados. Pero es que la NBA es así, está llena de hazañas y Nikola Jokic se encargó de que los suyos protagonizasen otra con un partidazo de 42 puntos y 22 rebotes; eso sí, el héroe fue Aaron Gordon, quien clavó un triple a escasos segundos del final para poner el definitivo 119-121 a favor de los de Colorado, quienes al igual que los neoyorquinos roban el factor cancha.
¿Podrán completar el trabajo? Por ahora lo que está claro es que la igualdad es máxima. Indiana ya ganó la noche anterior a unos Cavaliers que fueron el mejor equipo en temporada regular de la Conferencia Este. Es tiempo de playoffs y nadie puede fiarse lo más mínimo.