Jorge Molina, el último

La maldición de la capitanía del Betis no cesa

J. Julián Fernández S.

La maldición de la capitanía del Betis no cesa
Jorge Molina y Gurpegui en un lance de un encuentro de Liga
En Heliópolis, llevar el brazalete de capitán bien podría considerarse como un deporte de alto riesgo. De hecho, para un total de 19 jugadores fue la antesala de su despedida del club, cayendo víctima de una maldición que parece perseguir a los líderes del vestuario verdiblanco desde finales de la década pasada.

Todo comenzó en el verano de 2009, cuando al poco de consumarse el descenso a Segunda, Juanito, Edu y Rivera hicieron las maletas tras haber ejercido como referentes para sus compañeros durante los meses previos. Al año siguiente, y todavía con el mal sabor que dejó aquel ascenso que se escapó en la penúltima jornada de Liga, Rivas, Melli y Nano vivieron lo mismo.

Aunque las cosas no cambiaron ni siquiera cuando el equipo cumplió con su objetivo de volver a la elite, en la 10/11. Juande ni siquiera acabó aquel curso como verdiblanco (fue cedido al Granada en enero tras varios desencuentros con la grada), mientras que Arzu y Emana se marcharon una vez echó el cierre la competición. Pero la dinámica no acabó ahí. Iriney y Goitia se fueron en 2012 tras ejercer como capitanes, igual que Pereira mediada la 12/13 y la pareja formada por Casto y Cañas al final. Del mismo modo, Nacho, Salva Sevilla y Amaya hicieron las maletas después del varapalo que supuso bajar con apenas 25 puntos.

Así, Perquis se convirtió en la siguiente víctima de esta maldición, saliendo en el mercado invernal de 2015, precediendo en esta lista a un Jorge Molina que acabó contrato el pasado 30 de junio y a partir de ahora jugará con el Getafe. Igualmente, Xavi Torres no cuenta y debería salir, por lo que en breve pasará a ser el vigésimo damnificado.

Para la 16/17, Adán y Joaquín se expondrán al peligro que supone llevar el brazalete, pendientes de saber qué otros dos compañeros le acompañan en esta tarea y soñando con romper la dinámica de una vez por todas.