Palabras mayores.
Aitor Ruibal afrontó el inicio de la pretemporada con la firme idea de derribar la puerta del primer equipo del
Betis. Brilló en el primer amistoso estival ante el Cádiz y dejó un
golazo espectacular para abrochar la segunda victoria, contra el Almería. El joven atacante
ha convencido a Pellegrini, por fin tendrá ficha en el primer equipo y
el dorsal que ha elegido es toda una declaración de intenciones: el '24' de Rubén Castro, máximo goleador de la entidad, mito del beticismo y espejo en el que siempre se miró el catalán.
"Voy a llevar
nada más y nada menos que el '24'. Intentaré meter muchos goles, como el canario, pero son muchos. Ahora estoy jugando más en banda, pero siempre he sido delantero y me he fijado en jugadores como él. Cuando llegué aquí y lo vi entrenar...
¡Es un jugador increíble, qué gol tiene! Siempre me he fijado mucho en él y
es un orgullo llevar esa camiseta. No somos iguales, pero espero que se me pegue algo, ha señalado el canterano en una entrevista para 'Todo el verde', de
BetisTV.
"
Quedarme aquí es una alegría muy grande. Poder tener una ficha con el primer equipo es algo por lo que he estado luchando hasta día de hoy y estoy muy contento. Creo que
he madurado mucho en estos dos años, como persona y como futbolista. El primero fue en Segunda división y el año pasado pude tener minutos en Primera y mejorar mi juego, mi físico... todo, en general.
He intentado aprovechar mi oportunidad y aquí está la recompensa", ha añadido.
Ruibal llegó al filial heliopolitano
en enero de 2016 procedente del Hospitalet, se hizo un
fijo para José Juan Romero y llegó a
debutar en Primera división en la 17/18 de la mano de Quique
Setién, en un partido ante el Atlético de Madrid en el que también se estrenó Julio Gracia. Luego terminaría ese curso a préstamo en el
Cartagena, en Segunda B, antes de seguir creciendo en el
Rayo Majadahonda y en el
CD Leganés, también como cedido.
"
No ha sido fácil llegar al primer equipo. Ha sido un
camino largo. Espero que dure mucho, porque esto es muy bonito. Estar en una ciudad como Sevilla y en un club como el Betis
es maravilloso. El Betis me dio la oportunidad de poder dar un salto en mi carrera y sentirme más futbolista. Mi propósito era estar en el primer equipo y
salí sólo para formarme y madurar lo suficiente como para poder volver. Lo que siente al pisar ese estadio no se puede ni imaginar y cuando lo vives,
engancha y quieres más y más", relata.
Aitor Ruibal, diestro que admite pegarle con la izquierda "casi mejor aún" que con su pierna buena, está viviendo
"el sueño de todo niño". "Estoy muy contento de cómo empezó la pretemporada, he intentado dar todo lo que tengo para seguir aprendiendo y trabajando para merecer cosas como ésta y
demostrar que puedo contar con minutos en el Betis", ha agregado, al tiempo que definía a Manuel Pellegrini como "una persona muy cercana". "Siempre se interesa por cómo está el jugador y es
un orgullo poder aprender de un entrenador con su experiencia y que ha estado en algunos de los mejores equipos de Europa, como el Real Madrid o el Manchester City".
"
Me gusta mucho apretar en la presión tras pérdida. Luego, con independencia de cómo te salgan al final las cosas, creo que
el trabajo y la lucha no se pueden negociar. Mis amigos me dicen el 'Toro', el 'Búfalo', el 'Animal Ruibal'...
si me tengo que estampar contra un muro, lo hago, y meto la cabeza donde sea", ha analizado, sobre lo que cree que puede aportar al Betis, a sabiendas de que no va a ser nada fácil jugar.
"Hay jugadores increíbles.
Es un equipazo. La competencia es lo que te da el nivel para competir bien y que el míster tenga faena a la hora de decidir a quién pone. Eso es lo que hace un equipo", considera. Pese al nivel de esta plantilla, a la que ve "muy bien y con muchas ganas de que esto comience y de poder instalar la
palabra ganar en la mente",
valora que la cantera heliopolitana se haya abierto paso.
Loren Morón, a quien Aitor Ruibal considera un gran amigo,
"abrió el camino". El marbellí es un referente para él y para casi todos los componentes de aquel filial, que no pudo cumplir con el objetivo del ascenso, pero acabó promocionando a la mayoría de los integrantes de aquella plantilla. Y la generación posterior, con el recién 'fichado'
Paul, el pujante
Raúl García y los cedidos
Edgar (Oviedo) o
Robert (Las Palmas),
también viene pisando fuerte.