De la parodia de la arbolada a una situación incómoda, pasando por una brutal estadística: Borja Iglesias, en 360º

El 'Panda' del Betis esconde tras una sonrisa perenne unas cifras propias de un 'devorador' del área que lleva la procesión por dentro

De la parodia de la arbolada a una situación incómoda, pasando por una brutal estadística: Borja Iglesias, en 360º
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
Los que sonríen constantemente no siempre son felices. O, por lo menos, no todo el tiempo. Pero resulta complicado creer que Borja Iglesias, máximo goleador esta temporada del Betis, empatado o no (el gallego se apunta un gol en Glasgow que la UEFA vio en propia meta) con Juanmi, sea desdichado. O que camufle ciertos pesares con un arma que desmonta a cualquiera. El 'dientes, dientes' que acuñaron La Pantoja y Julián Muñoz. Tuvo una época en la que le daban (dábamos) hasta en el carnet de identidad, porque no las olía y había costado 28 millones de euros, por lo que, si ni en ese año y medio se hundió... Descojonarse hasta de tu sombra es una catársis impagable. Y en ésas está el gallego, que lo mismo se disfraza del animal con que le apodan que enarbola una bandera con la desafortunada pregunta de un comentarista que dudaba de su acierto realizador.

La euforia por la conquista de la Copa del Rey, el primer título de su carrera, convirtió al 'Panda' en uno de los reyes de la fiesta bética, con permiso de Joaquín. Las cámaras adoran al delantero casi tanto como al centrocampista. Le buscan y él se deja. En realidad, atiende hasta al Tato. Porque, incluso en esos momentos de tensión, sabe tirar de serenidad, de simpatía, de empatía. Por eso Borja cae bien a casi todos, los que sienten en verdiblanco y los que no. Ha generado con su carácter, con su garra y con sus tantos un consenso impensable hace nada. Y él se gusta, como cuando acepta el reto de interpretar para la cámara de Betis TV la famosa confesión del ya conocido como 'borracho de la arbolada', un vídeo viral que ha provocado millones de memes en todo el mundo hispanohablante y hasta remixes.






Pero, como ocurre con el gran capitán, el árbol del chiste no debe solapar el bosque de su rendimiento. Porque el señor Iglesias se ha puesto las pilas en esta recta final de temporada, mejorando sus datos y firmando una final de Copa estratosférica. A nadie puede sorprender que el máximo goleador del torneo fuese igualmente el MVP del 23-A en La Cartuja. Por su gol, que abrió el marcador, y por muchas cosas más, como demuestra el análisis de @BeSoccerPro: la actuación del artillero estuvo muy por encima de sus valores promedio durante todo el curso, especialmente en duelos ofensivos ganados y disparos, aunque lo cierto es que se superó en todo.







Con todo, como suele ocurrir, Borja se lleva también decepciones. Contra el Espanyol, en Cornellá, no esperaba un aplauso unánime, pues sabe que escoció su marcha al Betis, pero los pitos constantes e incomprensibles desde fuera para quien generó en un año una plusvalía de 18 kilos le 'picaron' hasta el punto de rematar con rabia en su segundo gol y dedicar luego en zona mixta aquel "yo deseo lo mejor siempre al Espanyol y siempre será especial para mí volver, porque lo di todo hasta el final por este club, pero estoy donde quiero estar". En Vigo, donde volvió de su cesión al Zaragoza sin que nadie se dignara a asegurarle la titularidad que sí le dieron los 'pericos' (por cierto, llevándoselo igual, vía cláusula, aquélla de 10 millones), lo pasó peor. Lo explica el preparador físico verdiblanco, paisando del delantero, Félix Cao: "Me sorprendieron los silbidos a Borja Iglesias en Balaídos y a él también, porque todo lo que tiene para el Celta son palabras de agradecimiento".
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