La
selección española no pudo pasar del empate sin goles en el
debut en la Eurocopa ante
Suecia en el sevillano estadio de
La Cartuja (0-0) en un partido con mucha posesión, quizás demasiada, y con muy poco acierto. Poquísimo.
España salió con un plan muy claro: tener la pelota, moverla ante un rival que esperaba encerrado y buscar profundizar por fuera con los laterales tras movimientos hacia adentro de los extremos.
Sin balón, fue compacta y muy afanada en la presión y en la recuperación tras pérdida, controlando el juego aéreo con el trío de torres Laporte-Pau-Rodri. Le penalizó la falta de acierto.
Tuvo cuatro ocasiones muy claras en la primera mitad para hacer bueno del todo el planteamiento, pero
no acertó. Tampoco en la única reseñable de un obstuso segundo tiempo.
Tras la reanudación tuvo el
mismo control de balón, pero menos fuelle y peores ideas. Sufrió con algún movimiento a la espalda de la adelantada zaga de Isak y
tardó en hacer cambios. Sobre todo, en dar entrada a Gerard Moreno. A ver si ante Polonia...
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