La historia de superación de Edna Imade, la jugadora de la Selección que llegó en patera
La jugadora de la Real Sociedad ha jugado sus primeros minutos con la elástica de la Selección española y ha aprovechado su debut para contar cómo su madre llegó a España para darles un futuro mejor a ella y a su hermano

El fútbol no es solo un deporte, es una forma de vida que esconde las historias de cada uno de los que lo componen. Edna Imade debutó con la Selección española el pasado viernes nada más y nada menos que en una final, la de la Nations League contra Alemania que dejó el marcador a cero a espera de la vuelta y momentos de alta tensión. La delantera, original de Nigeria, llegó a España en una patera junto a su madre y su hermano recién nacido. Una historia que relató en un vídeo del canal oficial de Youtube de la Selección Española de Fútbol.
La madre de Edna Imade vino a España en busca de ''una vida mejor'' para sus hijos
La jugadora de la Real Sociedad llegó a España con tan solo tres meses, aunque el viaje no fue sencillo. Floren Imade, aún embarazada de ella y su hermano gemelo Paul, decidió huir de su país natal, Nigeria, que en ese momento se encontraba en plena transición del régimen militar a la democracia civil. Pero no solo eso, el país también experimentaba graves estallidos de violencia intercomunitaria y religiosa, por lo que la progenitora de Edna tomó una determinación: ''Mi madre decidió darnos una vida mejor y cruzar el Sáhara y venir a España''.

Un viaje duro, pero que acabó con final feliz. En Marruecos nacieron los dos bebés, embarcándose en una patera con dos recién nacidos de apenas tres meses y las ganas de dar un buen futuro a sus retoños. Aunque si hay una anécdota que le duele que su madre le recuerde, es lo que les ocurrió cuando estaban ya casi llegando a su meta: ''Ya cerca de Cádiz, vino una ola súper grande y mi hermano se cayó al agua. uno de los que estaba en la patera saltó y lo cogió''.
Una historia de superación y de amor por el fútbol
Durante su primera etapa en España, vivieron en Algeciras acogidos por un convento de monjas, instalándose cuando Edna tenía tres años en Carmona. Allí, en su colegio en este pueblo hispalense, su profesor de Educación Física se dio cuenta de su don con el balón y animó a Floren a apuntarla al equipo del pueblo, el CD Fútbol Base de Carmona: ''Ella me quiso apuntar a clases de flamenco pero duré una clase. A mi no me gustaba, me gustaba el fútbol''.
Tampoco ha querido dejar pasar la situación para agradecer a su madre en la persona que se ha convertido: ''El sufrimiento que ha pasado mi madre, todo lo que ha hecho para que ahora estemos bien. Se lo debo todo''. Ayer, Edna Imade cumplió un sueño, demostrando que el talento está en todas partes: ''Mucha alegría de poder debutar con esta camiseta y tengo ganas de volver el próximo martes allá en el Metropolitano y a ver si puedo disfrutar de otros minutos más con el equipo''.