Irene Paredes y Laia Codina confirman las presiones en el juicio contra Rubiales
Las futbolistas Irene Paredes, Laia Codina y Alexia Putellas han declarado ante la Audiencia Nacional en el juicio contra Rubiales, detallando el ambiente "extraño" que se vivió en el avión de regreso a España tras el Mundial de 2023

Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina, jugadoras de la selección española, han declarado ante la Audiencia Nacional el ambiente tenso y extraño que se vivió en el avión de regreso a España tras la victoria en el Mundial de 2023. Según han relatado, miembros cercanos a Luis Rubiales presionaron a Jenni Hermoso para que manifestara públicamente que el beso del expresidente de la Federación había sido consentido. Las jugadoras describieron diversas situaciones en las que Hermoso fue instada a 'suavizar' lo ocurrido, incluso apelando a su empatía por las hijas de Rubiales.
Ninguna de las tres futbolistas vio el beso en directo. Sin embargo, poco a poco comenzaron a comprender la gravedad del asunto. Su compañera les contó lo sucedido tras el triunfo en Sídney. "Lo primero que dijo Jenni fue: ‘¿Qué hago? Me ha besado. ¿Qué hago yo?’", dijo Laia Codina, quien aseguró que Jennifer Hermoso estaba visiblemente afectada en el vestuario.
En el avión, según han declarado, Jenni parecía cada vez más preocupada. Irene Paredes recordó cómo la jugadora fue llamada a hablar con Rubiales, quien le insistió en que dijera públicamente que había sido un acto consensuado. "Lo único que quería era que la dejaran en paz", afirmó Paredes.
Codina también añadió cómo, durante el vuelo, coincidió con Rubiales, quién intentó restarle importancia a lo ocurrido mencionando que sus hijas lo estaban pasando mal. Por su parte, Paredes comentó que en una conversación, Rubiales le expresó su malestar por las críticas, diciendo: "Es increíble, me están tachando de violador". Laia Codina, aunque trató de ser conciliadora, le dejó claro que no le parecía correcto lo sucedido.
La situación se volvió aún más complicada durante el viaje posterior a Ibiza, donde Hermoso fue objeto de continuas presiones por parte de varios miembros de la Federación. Codina afirmó que Rubén Rivera, exjefe de marketing, insistió en repetidas ocasiones para que Hermoso cargara la batería de su teléfono porque "alguien quería hablar con ella". Posteriormente, Albert Luque también trató de convencerla para que aclarara lo sucedido con Rubiales favoreciendo al entonces presidente de la Federación. Hermoso, visiblemente agobiada, rompió a llorar en varias ocasiones, apoyándose en una amiga para sobrellevar la situación. Según Codina, Hermoso estaba especialmente triste y agotada en ese viaje. "No era ella misma", aseguró. Lo único que quería era irse a casa y dejar atrás el episodio.
El próximo lunes continuará el juicio con las declaraciones de Montse Tomé, actual seleccionadora del equipo femenino de España, Salvador Losa, del Consell de Ibiza, y Alejandra Hernández, esposa de Rubén Rivera, además de los peritos responsables de elaborar el informe sobre Rubiales. Al finalizar la sesión de hoy, se ha confirmado que los acusados prestarán declaración el martes 11 de febrero, y el miércoles se presentará un informe preliminar sobre el caso.