Alexia Putellas cuenta la verdad de Ibiza y hunde a Rubiales
La internacional española ha declarado por videoconferencia en el juicio contra el expresidente de la RFEF por el beso a Jenni Hermoso
La futbolista Alexia Putellas ha declarado este jueves, por videoconferencia desde Barcelona, en la cuarta sesión del juicio contra Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso. La catalana ha asegurado que cuando volvían a España de ganar el Mundial vio a Hermoso "muy agobiada" e incluso llorando porque no "la dejaban en paz" para que restara importancia al beso del por entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y que en Ibiza también lloró varias veces y le llegó a decir: "No sé qué hago aquí".
A preguntas de la fiscal, Marta Durántez, Putellas ha explicado que ella no vio el momento del beso en la boca que le dio Rubiales a Hermoso, pero que poco después la madrileña le comentó: "Tía, me acaba de dar un beso Rubiales", a lo que Putellas, en plena "euforia", no le dio importancia y le dijo: "Anda, calla".
Sin embargo, ha recordado que en ese instante "su cara era un poco rara", aunque no volvió a hablar con Hermoso de este asunto hasta que en el autobús sus compañeras empezaron a hacer cánticos sobre el beso e Irene Paredes les pidió que no hicieran bromas porque había sido "grave", a lo que ella le respondió que no pasaba nada.
Hasta ese momento, según ha explicado, Putellas pensaba que se había tratado de un beso "fortuito" y que habían "chocado" sus labios de forma casual al darse dos besos.
Jenni le insistió entonces que se trataba de algo "muy fuerte", "¿no lo has visto?", le exclamó, y le mostró el vídeo del beso a la vez que le decía: "No sé cómo se le ha pasado por la cabeza lo de darme un beso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?".
En ese trayecto al aeropuerto, también observó que en un momento dado hicieron bajar a Hermoso del autobús, aunque no supo quién se lo dijo, y ya en la terminal vio que estaba "muy agobiada, que no la dejaban, que no paraban", en alusión a las presiones a las que ya la estaban sometiendo para que públicamente restara importancia a lo ocurrido.

"La última vez que llora de agotamiento" fue en el avión, cuando Rubiales le pide a Hermoso hablar, ha dicho al juez la internacional española.
Al volver, ha proseguido Putellas, les explica a sus compañeras que Rubiales no paraba de relatarle los hechos "como si ella no lo hubiera vivido en primera persona" y que quería que explicase que había consentimiento, a lo que Hermoso le respondió que no hacía falta que le contasen los hechos, que lo había vivido y que la dejaran tranquila.
Alexia Putellas ha contado que el ambiente en el avión era "un poco extraño" y que llegó a escuchar cosas como "esto mañana se filtra a la prensa" o movimientos "de agarrarse sus partes", en alusión a lo que había ocurrido con Rubiales en el palco con la reina y la infanta Sofía.
Tras nombrar la testigo a las personas que estaban con el presidente en el avión, entre ellos el exseleccionador femenino Jorge Vilda, uno de los acusados, la fiscal le ha preguntado si también estaba el seleccionador masculino, Luis de la Fuente, cuyo testimonio en el juicio fue cuestionado por Durántez.
"Diría que no", ha respondido la futbolista, momento en el que ha intervenido el juez de lo Penal José Manuel Fernández-Prieto, que juzga estos hechos, para advertirle que ya había señalado "hasta la saciedad" que en este acto, dijo, "no estamos haciendo una instrucción, no estamos investigando". "Estamos probando hechos, no estamos acusando a gente que no está".
El viaje de celebración a Ibiza
Putellas ha seguido contando que, aunque sus compañeras intentaron que estuviera alegre, ella le dijo: "No sé qué hago aquí", a lo que Alexia para tranquilizarla le respondió: "Celebrar que somos campeonas del mundo".
Pese a ello, Hermoso se puso a llorar y decía que no podía más, y ya en el pasacalles que le hicieron en Ibiza a las juzgadoras la volvió a ver llorar e "incluso se puso las gafas de sol".
La futbolista del Barça también ha dicho que no le pareció bien que después de todo no la convocasen con la Selección, aunque la seleccionadora Montse Tomé dijera que era para protegerla, "era algo que ella no había provocado. Privarla de hacer su trabajo era algo injusto", ha lamentado.