La cafetería de Sevilla ‘fetiche’ donde no se puede entrar

Ha abierto en el centro de Sevilla una nueva cafetería de especialidad con una propuesta rompedora que no deja indiferente a nadie. No se puede entrar en su interior y toda la vida de la cafetería se centra en dos agujeros desde los que se piden y se recoge el pedido. Plasér llega a la capital hispalense con un concepto revolucionario y con una curiosa forma de consumir café.

Plasér, una propuesta especial

Si algo llama a la atención a los viandantes es que esta cafetería está detrás de un muro liso en el que se ven dos agujeros. Por uno, se realiza el pedido y por el otro se recogen los cafés. Una propuesta prácticamente colaborativa, que con el paso de los días se ha convertido en un mural de firmas y de recuerdos de las personas que han querido decorar su pared, recordando a las puertas de algunos baños públicos.

Su estrategia de marketing no tiene pelos en la lengua, y se basa en referencias sexuales con un eslogan que juega con los dobles sentidos: ''aquí te daremos placer por el agujero''. Incluso el uniforme de los trabajadores tienen este tipo de referencias, como ''El café, caliente, rápido y por el agujero''.

Los 'fetiches' de Plasér

Los precios de la cafetería parten de los 2,20 euros por un espresso doble o un cortado, pasando por los 2,70 de un latte o los 3 euros de un capuccino. Todos ellos los hay de diferente tamaños, algunos con todos disponibles y otros solo algunos.

También hay cafés especiales a los que han querido llamar ''fetiches'', siguiendo la línea de las referencias sexuales que es el sello del local. Su precio es de 4,50 euros, con un recargo si se piden fríos, y tienen sabores rompedores como pistacho, galleta lotus, mocha o caramelo. Si no te gusta el café, también hay sitio para ti, ya que hay una selección de té matcha y frappés además de leches vegetales y siropes para hacer cada bebida una experiencia única.

Opiniones diversas sobre el local

Como ocurre en muchas propuestas de este estilo, ha llamado la atención de muchos curiosos que se acercan a leer las inscripciones de su muro, convirtiéndose poco a poco en una tendencia en redes sociales. Aunque las referencias sexuales no ha gustado a todo el mundo, ya que muchos no le ven sentido a un local de estas características en pleno centro histórico de Sevilla.