Un charcutero desvela el gran error al conservar los embutidos en España
Se trata de algo muy común y que hace que el jamón o el chorizo se estropee "el doble de rápido"

El consumo de embutidos en España supera los 12 kilogramos por persona al año y representa una parte significativa de la dieta en nuestro país. Es cierto que el consumo y el tipo de embutido varía dependiendo de la región, pero en España el consumo de estos derivados cárnicos está muy presente. Como entrante, en bocadillo o para dar sabor a distintas recetas, embutidos como el jamón, el chorizo, el salchichón o el lomo son fundamentales en la cocina de millones de españoles.
Según los expertos, el consumo de embutido debe moderarse, estando recomendado consumirlo de una a dos veces por semanas. Además, cenar embutido puede complicar la digestión por su alto contenido en sodio y grasas.
Como todos los alimentos, hay embutidos de distintas calidades, algo que se ve a simple vista por el color y se aprecia también en la textura y, por su puesto, en el sabor. Se trata de alimentos que hay que conservar bien para que mantenga todas sus propiedades y no pierda su aroma, además de que no se estropee antes de tiempo.

El papel de alumino o el papel film son los grandes aliados de muchas personas para conservar los embutidos, aunque también son muchos los que le mantienen en el envase en el que venía o el que nos da el charcutero. Un experto en la materia, trabajador de la carnicería y charcutería Carmen Vera de Zaragoza, ha contado en Tiktok la manera correcta de conservar el embutido.
"El 99% de las personas conserva mal el embutido. Llevo 14 años como charcutero y carnicero y así es como se hace. Normalmente en la carnicería solemos darlo envuelto y la gente lo que hace es llegar a casa y meterlo tal cual a la nevera. Lo que tenemos que hacer es destaparlo y dejar que el aire le dé en la tripa y al día siguiente darle la vuelta y dejar que se airee por el otro lado. Así aguantará mucho más", afirma.
Este truco está destinado a cuando se compra las piezas enteras o una parte, pero no viene cortada en lonchas, como podría ser una caña de lomo, un salchichón, un chorizo o una butifarra.
Por eso es fundamental tener en cuenta el tipo de embutido. Los más curados son capaces de aguantar fuera de la nevera, en lugares secos y frescos, que es el caso del jamón, pero otros como la longaniza sí que necesitan mayor precaución.
Sea cual sea, lo que hay que evitar es el papel film transparente, incurriendo muchas personas en este error. Este papel no deja transpirar al embutido, lo que hace que se ponga malo más rápidamente. Es mucho más recomendable usar papel vegetal.