La heladería más antigua de Sevilla, distinguida en toda España
Este establecimiento, ubicado en el barrio de Triana, está bajo la dirección de la tercera generación de heladeros artesanos

Nada mejor para aliviar el calor que un buen helado. Y por supuesto, no hay nada mejor que hacerlo en una de las mejores ciudades de España, como es la capital de Andalucía, Sevilla. En el corazón del barrio de Triana, se encuentra uno de esos rincones que huelen a infancia y verano. Hablamos de Heladería Verdú, un emblema de la ciudad que lleva más de medio siglo conquistando paladares con sus helados artesanos. No es solo una heladería, sino una parte viva de la historia gastronómica sevillana, donde cada sabor cuenta una historia y cada cucurucho lleva el sello de tres generaciones dedicadas al arte del helado.
Los orígenes de Verdú nos llevan a los años 70, cuando José Sirvent y Mari Carmen Ibáñez, procedentes de Jijona (Alicante), decidieron asentarse en Sevilla y abrir su propio negocio heladero. Ambos provenían de familias dedicadas al turrón y al helado, y con ese bagaje levantaron lo que hoy es una de las heladerías más queridas de la ciudad. Actualmente, sus hijos Eloy y Lucas continúan el legado, fusionando la tradición artesana con una sorprendente creatividad. Cuenta además con un Sol en la Guía Repsol, otorgado este mismo año.

Verdú no es una heladería cualquiera. Aparte de su obrador propio, donde elaboran cada sabor de forma natural, sin conservantes ni aromas artificiales, su oferta es tan amplia como innovadora. Desde los clásicos imprescindibles como turrón, nata o chocolate, hasta propuestas originales como helado de rebujito, torta de aceite, mojito o incluso cerveza de la Velá de Santa Ana. La carta incluye más de 70 sabores, con opciones sin gluten, sin azúcar o sin lactosa. Todo un paraíso para los amantes del helado.

Pero no solo de helado vive Verdú. También ofrecen batidos, horchata valenciana, granizados de fruta natural, polos artesanos y copas como la Copa Verdú o la Copa Licor. Entre sus creaciones más recordadas están los "napolitanos", un doble barquillo relleno de dos sabores, ideal para compartir… o no.
La heladería cuenta con dos locales en Triana: uno en la céntrica calle Esperanza de Triana, 3, y otro en López de Gómara, 17. Ambos mantienen un ambiente familiar y acogedor, con ese aroma inconfundible a barquillo recién hecho y el murmullo constante de quienes descubren su helado favorito.

Si estás de visita en Sevilla y quieres llevarte una experiencia auténtica, deliciosa y con historia, es sin duda una parada obligatoria y más si cabe para sofocar el calor del verano. Es mucho más que un helado: es un pedacito de Triana que se derrite en la boca.