El ejercicio definitivo para perder grasa de cara al verano
Con el verano a la vuelta de la esquina la operación bikini entra en su punto más álgido y todos buscan el mejor ejercicio para perder grasa

Hacer ejercicio es uno de los consejos más repetidos por médicos, fisioterapeutas y cualquier persona del ámbito de la salud en general. Se trata de lo más repetido porque realmente tiene efectos más que positivos en muchos ámbitos de la vida que van más allá de la simple estética. Sin embargo, como es lógico, alcanzar ese físico atractivo suele ser el principal horizonte con el que la mayoría de personas comienzan a entrenar. Después probablemente, si se continúa, las motivaciones sean otras, pero el inicio está marcado por la estética. Y eso hace que el verano especialmente, cuando hay que mostrar más el cuerpo, sea la época que buena parte de la población se ponga como fecha para alcanzar ese cuerpo que tanto desea.
Realmente es bastante más complejo de lo que parece y el entrenamiento no se debería de hacer como algo con una fecha concreta, a no ser que sea por un objetivo competitivo. Sin embargo, la realidad es esa, la operación bikini tiene fecha de caducidad. El problema de esto es que en muchas ocasiones no se conoce cuales son los métodos realmente saludables para conseguir el cambio físico que se desea, y se cae en las famosas dietas milagro y en ejercicios que más que beneficiar, dañan la salud. Es por eso por lo que existe un cierto debate, para gente que esté empezando, entre si es más recomendable andar más rápido pero menos tiempo o a un ritmo más calmado, pero durante una mayor distancia.
Lo que opinan los expertos
Realmente se trata de ejercicios, que, aunque parezcan iguales, tienen diferentes beneficios. Mientras que caminar a paso ligero ayuda a mantener un peso saludable y a perder la grada corporal, caminatas más largas pueden desde favorecer el ánimo hasta mejorar la resistencia o reforzar el sistema inmunitario. De manera que se puede decir que lo recomendable, como en cualquier deporte, es hacer una correcta proyección que acabe mezclando ambas dinámicas. Es decir, empezar a un ritmo calmado y con cortas distancias, para, con el paso del tiempo, poder aumentar tanto la distancia como el ritmo de los pasos.
Con lo cual se trataría de un sistema mixto, en el que también se podría compaginar ambos ritmos. Es decir, dedicar unos días a aumentar la distancia, y otros a subir el ritmo de los paseos. A pesar de la sencillez de este ejercicio, como toda actividad física, necesita de unos mínimos relacionados con un calzado adecuado y ropa cómoda. Igualmente, es recomendable planificar una ruta para evitar problemas.