Villa Gómez3 min lecturaA las diez personas fallecidas (siete mujeres, un hombre, un niño y una bebé) en el incendio registrado la semana pasada en Valencia, a quienes el fuego desatado en un piso de la séptima plaza pilló refugiados en la octava y la novena, se unieron, según los cálculos oficiales, casi un centenar de animales de compañía que no pudieron escapar junto a sus dueños o por sus propias patas. La mayoría (48) eran perros, pero las protectoras que acogieron a los supervivientes contabilizaron 36 gatos y un número inferior de ninfas o tortugas que, decían, merecen ser recordadas. Pues, como si de un milagro que hace realidad el famoso dicho de que tienen siete vidas, este viernes hay que restar una mascota de esa triste lista. Se trata de Coco, un felino que ha sobrevivido ocho días entre las llamas y luego las cenizas, sin alimentación que se sepa, y que ha sido rescatado por los bomberos en Campanar.
Residente con su dueña, Andrea, en la planta 11ª de uno de los dos bloques siniestrados, se refugió dos escaleras más arriba, en la 13ª, concretamente en la hornacina de la columna seca, una tubería normalmente vacía que puede conectarse externamente por los servicios de extinción a una fuente de agua a presión en casos como los tristemente famosos en el citado barrio de la Ciudad del Turia. Es un tubo vertical utilizado para distribuir agua a múltiples pisos de un edificio, reducido espacio donde esperó durante varias jornadas Coco, antes de regresar a su casa y ser encontrado con sorpresa por los operativos municipales mientras registraban la vivienda. Trasladada mientras se resuelve la responsabilidad legal por el siniestro, la propietaria del gato no salía de su asombro, aunque no dudó en trasladarse al lugar de los hechos para volver a abrazarlo entre lágrimas.
Seguidamente, una clínica veterinaria de Mislata ha certificado que Coco, el animal milagro de Valencia, está sano y salvo, listo para reiniciar su vida en otra ubicación junto a Andrea. Es la última sonrisa, prácticamente la única ya, que deja un suceso terrible del que todavía no se conocen todos los datos. Para los animales que sí pudieron ser rescatados el mismo 22 de febrero, día de la tragedia, el Ayuntamiento de la ciudad y la Generalitat pusieron a disposición de los residentes en Campanar el hospital veterinario de Torrent y el de Benipeixcar con el fin de atender a los animales heridos o que hubiesen inhalado humo. Además, en coordinación con la protectora de animales, se aceptó el acceso temporal de cualquier mascota.
