El pueblo de Córdoba que tiene su propia Giralda

Se trata de una localidad donde muchos edificios históricos fueron construidos con unos tonos rojizos que marcan la diferencia respecto a sus casas blancas

El pueblo de Córdoba que tiene su propia Giralda
Montoro visto desde lejos - Ayuntamiento de Montoro

Sin duda España es uno de los lugares donde más variedad de paisajes y de obras arquitectónicas hay, que pasan desde la costa hasta las grandes ciudades o los amplios parajes de sierra y montañas. Pero si hay una comunidad que se lleva la palma en cuanto a variedad y en cuanto a poder disfrutar de todo dentro de sus fronteras, es Andalucía. La comunidad más al Sur de la península es una de las más queridas por todos los españoles, y no es para menos, se trata de una verdadera joya la mires por donde la mires. Una de las ciudades que más turistas atrae es Sevilla, la capital de la comunidad. Al tener esa capitalidad, primero tiene mucha importancia respecto a infraestructuras. Pero además su historia la acompaña porque mires por donde mires, Sevilla respira historia y siglos de tradición, aunque más bien de tradiciones, de muchas culturas intercaladas. Uno de los puntos que más se visita, que más reconocible y que es más adorado por los sevillanos es su Giralda. Se trata de una gran torre campanario que corona la majestuosa catedral y que además limita las alturas de los edificios. Hay una tradición no escrita que dice que ningún edificio puede superar la altura de esta torre, de ahí que se vea desde muchísimos puntos diferentes de la capital hispalense. Aunque se trata de lo más reconocible de Sevilla, existe un pueblo, dentro de la propia Andalucía que también tiene una torre semejante, Montoro.

Un pueblo alzado

Se trata de un pueblo de la sierra cordobesa, cerca de Sierra Morena, que tiene muy cerca el discurrir del Guadalquivir. De hecho, el pueblo se encuentra en una cierta elevación y las fronteras naturales las marca prácticamente el río. Es un pueblo con muchos edificios históricos, que además se caracterizan por tener un color rojo muy particular. Se trata en su mayoría de edificios con aspecto señorial, que en su conjunto hacen que el municipio haya sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Esa diferencia tan propia se debe a que se usaba una pierda denominada ‘molinaza’, que es de un tono rojo, sedimentaria y muy fácil de encontrar por la esa zona de Córdoba.

De hecho es tan fácil de encontrar, que el pueblo casi que se erige sobre un yacimiento de esta piedra, lo que ha dado lugar a construcciones como la de su iglesia de San Bartolomé, de ese color rojo de la arenisca. Le pasó como a muchas catedrales de España, que tardó algo menos de dos siglos en terminar de construirse. Coronándola se encuentra esa torre que se ve desde casi todos los lugares del pueblo y que recuerda a la Giralda de Sevilla.